Por Federico Montero y Pablo Macia
Durante la semana en América Latina, continuaron las repercusiones sobre el contundente resultado electoral del Pacto Histórico en Colombia el domingo 13 de marzo, esta vez, con el anuncio del líder de la coalición, Gustavo Petro, de llevar a la dirigente social afro descendiente Francia Márquez como compañera de fórmula en las presidenciales. Así, la izquierda mantiene una fórmula competitiva que sigue encabezando las encuestas en Colombia y se consolida el binomio presidencial para las elecciones del 29 de mayo.
Además, la disputa política cobró centralidad en Uruguay, donde las fuerzas progresistas y populares desarrollaron la última semana de campaña por el Sí que implicaba la derogación de 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) plebiscitados este domingo 27 de marzo. Sin embargo, tras el escrutinio se confirmó que el referéndum fue ganado por el no, que impulsaba el oficialismo, por un margen cerrado de 49,8 a 48,8 % y con sólo 1,3% de indecisos. Si bien el oficialismo evaluó el plebiscito como un respaldo a su gestión, queda marcada una fuerte polarización en la escena política uruguaya. La LUC fue votada en 2020 por iniciativa del gobierno conservador de Luis Lacalle Pou y entre sus 475 artículos de corte neoliberal contiene muchos que son cuestionados por cercenar derechos como el de huelga y de movilización, el de la educación inicial, funciones del estado como protección a la vivienda y contra el desalojo, entre otras. La campaña del Sí fue habilitada gracias a la recolección de más de 675 mil firmas para promover la derogación de 135 artículos de dicha ley.
Con respecto a Chile, el flamante Gobierno de Gabriel Boric comenzó a desplegar algunas iniciativas importantes de su programa de gobierno, tendiente a mejorar las condiciones de vida y los derechos de los sectores populares. En ese aspecto impulsó medidas para compensar el alza de combustibles, kerosene y gas licuado a partir de un proyecto de ley que solicita al Congreso subir de US$ 750 millones a US$ 1.500 millones el techo para mantener operativo el Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Mepco). Además, ratificó que hará una reforma ‘profunda’ de Carabineros para que sean más eficientes y con apego irrestricto a los derechos humanos, constituyendo un cambio de 180 grados con respecto a los actos represivos que frecuentemente desarrollaban hasta el momento. Durante la semana también, la Convención Constituyente de Chile activó es martes la prórroga por tres meses de la redacción de su nueva Constitución, con lo que el trabajo constitucional se extenderá de nueve meses a un año, con el próximo 5 de julio como fecha de finalización en lugar del 5 de abril.
Mientras tanto, en Brasil, Luiz Ignacio Lula Da Silva, continúa recuperando el prestigio luego de las persecuciones a las que fuera sometido durante 2018. En este caso, el Tribunal Superior de Justicia (STJ) de Brasil resolvió el martes que el exfiscal encargado de la operación denominada como Lava Jato, Deltan Dallagnol, deberá indemnizar al expresidente y líder del opositor Partido de los Trabajadores (PT). El exmandatario, que debe ser proclamado candidato presidencial en abril por la convención nacional del PT, avanza en acuerdo con su exrival Alckmin, quien se afilió al Partido Socialista Brasileño (PSB) para formalizar un acuerdo de vicepresidente para los comicios de octubre.
Por último, en Estados Unidos, en un hecho histórico, se inició el proceso para confirmar a la primera mujer negra en la Corte Suprema. Se trata de la jueza Ketanji Brown Jackson, de 51 años, jurista graduada por la Universidad de Harvard. Fue elogiada por Joe Biden, quien destacó su mente “brillante” y su “gran carácter e integridad”. La vicepresidenta demócrata Kamala Harris tiene el voto de quiebre para que el Senado apruebe la designación, ya que está dividido en un 50-50 entre demócratas y republicanos.
En lo referente al plano internacional, el balance a más de un mes del inicio de la ocupación Rusa en Ucrania manifiesta la consolidación de nuevos reacomodamientos geopolíticos marcados por el refuerzo del atlantismo de la mano de Estados Unidos y las potencias de Europa, por un lado; y por la tensión con la Federación Rusa y su despliegue obligado hacia la zona Asiática y hacia otros aliados en países emergentes que se han manifestado neutrales ante las sanciones impulsadas por occidente.
La debacle humanitaria más importante de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que cuenta ya con más de 10 millones de desplazados y 4 millones de exiliados, parece entenderse sólo como efecto de estos reacomodamientos mundiales en los que Ucrania y sus regiones separatistas quedaron entrampadas. Así, a pesar que Estados Unidos y los países de la OTAN apoyan a Ucrania, se han abstenido de intervenir militarmente en el país por el riesgo de escalada hacia una guerra mundial que implicaría dicha acción, y se han concentrado en aplicar severas sanciones que además de dañar la economía rusa, impactan en el mercado mundial de bienes y otras cadenas globales de suministro en las que se establecen nuevas alianzas.
Esto se evidenció durante la semana, en las cumbres de la OTAN, el G7 y la Unión Europea en Bruselas donde los participantes cerraron filas en diversos acuerdos. En la OTAN los líderes se comprometieron a acelerar la inversión en defensa para llegar antes al 2% del PBI, reforzando el poderío militar en la región frente a “la agresión rusa”. En simultáneo se desarrolló la cumbre del G7 que aplicó nuevas sanciones económicas a Rusia, y el encuentro de la cumbre europea de la que participó también por primera vez Estados Unidos, donde se anunció un nuevo pacto para reducir la dependencia de la energía rusa. De esta manera, Estados Unidos pretende aumentar sus exportaciones de gas licuado a Europa en un 66% y contribuir a reducir la dependencia del gas natural que llega a la Unión Europa, procedente de Rusia para calefacción, para generación de electricidad y para la industria.
Por otro lado, Rusia reaccionó exigiéndole a Europa que pague en rublos el gas que le vende, como forma de contener el impacto de las sanciones, obligando a que intercambien en moneda rusa luego del congelamiento de activos de ese país. El anuncio fortaleció inmediatamente al rublo frente al euro y el dólar, luego de un desplome sufrido desde el 24 de febrero. Además, el gobierno de China terció en la disputa internacional manifestando que se opone a la exclusión de Rusia de la cumbre del G20 sugerida por Estados Unidos ya que “ningún miembro tiene derecho a expulsar a otro”.
Para sumar mayores tensiones, durante esta semana, el líder Kim Jong Un de Corea del Norte confirmó que disparó un ‘nuevo tipo’ de misil intercontinental y aseguró que su país está preparado para una “confrontación a largo plazo” ante Estados Unidos. Es la primera vez desde 2017 que Corea del Norte lanza un misil intercontinental a pleno alcance, llegando más alto y más lejos que cualquier proyectil probado previamente. Las acciones fueron repudiadas por los gobiernos de Corea del Sur, Japón, Estados Unidos y las Naciones Unidas y fueron contrarrestadas con mayores sanciones.
En este marco de incertidumbre global en el que no se descartan especulaciones sobre la continuidad del conflicto y su escalamiento, se profundiza la crisis económica y humanitaria en la región y a nivel general. Así, además del impacto directo de la guerra en la población ucraniana, la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) redujo este jueves un 1% sus previsiones de crecimiento global en 2022, colocándolas en 2,6%. Para revertir el impacto negativo de esta previsión, el organismo pidió una reforma fiscal multilateral a gran escala – al estilo del Plan Marshall- con el fin mejorar la liquidez financiera de los países en desarrollo y evitar su hundimiento económico.
Este complejo escenario internacional se suma al que viene arrastrando la Argentina, con la refinanciación de la deuda externa que tomo el gobierno de Macri con el FMI. El desafío del Gobierno Nacional, en lo más inmediato, es contener la inflación que afecta a los sectores populares, y en el largo plazo, asumir los compromisos de deuda sin comprometer el crecimiento y descargando el mayor peso de la misma en los sectores más beneficiados de la población.
En cuanto a la deuda con el FMI, el presidente dialogó con la Directora Gerente Kristalina Georgieva, y reafirmó el compromiso del acuerdo de Facilidades Extendidas a efectos de que Argentina continúe con la recuperación económica y fortalezca las condiciones para reducir la inflación de modo sostenible. Con respecto a indicadores económicos, el INDEC anunció en la semana algunos datos que mejoran importantes variables económicas como la tasa de desocupación, que registró un 7%, siendo la más baja desde 2015. En cuanto a la balanza comercial en el primer bimestre del año se obtuvo un saldo favorable de 1.106 millones de dólares, y además se produjo un aumento del 8,6% del PBI en el cuarto trimestre del 2021, con respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, el desafío está dado por la puja distributiva y la contención de la inflación para que ese crecimiento permita mejorar la calidad de vida de amplios sectores populares empobrecidos durante el gobierno neoliberal de Macri y la pandemia.