Perspectiva Latinoamericana |Acuerdo MERCOSUR – UE: objeciones de Francia y reparos de Argentina

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Mediante la publicación de un extenso informe, este viernes Francia sumó argumentos en su cuestionamiento al acuerdo Mercosur-UE. El informe se centra en razones medioambientales y de protección a la producción agropecuaria europea y reclama que la UE continúe las negociaciones con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) para que se garantice el freno a la deforestación, el respeto a los Acuerdos de París sobre el clima y que los productos importados desde el bloque suramericano cumplan las normas sanitarias y ambientales europeas.

En la misma semana, el embajador argentino ante el Mercosur, Mariano Kestelboim, señaló al semanario uruguayo Brecha que a la hora de la ratificación parlamentaria del acuerdo, el gobierno “hará un estudio costo-beneficio” de firmarlo o no y que el resultado de ese debate, que se dará en el Congreso, “no está claro”. Según el diplomático, “desde el punto de vista del gobierno argentino, el acuerdo tiene falencias muy importantes”.

El cuestionamiento a lo actuado por el gobierno de Macri se refiere a la ausencia de informes de impacto para la negociación del mayor acuerdo de la historia del bloque. A pesar de eso, Kestelboim manifestó el respeto a la institucionalidad de las decisiones en el Mercosur, que se hacen por consenso. “Queremos que haya armonía en el bloque. A escala de los gobiernos ya está cerrado y no corresponde en el plano del Mercosur buscar una letra pequeña para tirar abajo lo que un gobierno democrático aprobó”. La cuestión, entonces, será lo que suceda en el congreso. Por ahora, no está en la agenda del oficialismo argentino impulsar su tratamiento.

Productos sensibles

Llamativamente, tanto las objeciones argentinas como las francesas coinciden en ciertos productos agropecuarios. Kestelboim señaló como deficiencias del acuerdo que “ni siquiera se llegó, en el caso emblemático de la carne, a las 100.000 toneladas; solamente se llegó a 99.000, que para ponerlo en perspectiva equivale al 1,25% del consumo de la Unión Europea de carne. Lo mismo pasa con los pollos, el etanol, el arroz, la miel, el azúcar; es muy pobre lo que se obtiene”

Por su parte, ll informe francés señala que la liberalización del comercio agrícola es parcial en el caso de los llamados “intereses defensivos” de la UE (aves de corral, cerdo, ternera, azúcar, etanol, arroz, miel y maíz dulce). En relación a estos productos, señala que se implementa a través de contingentes con aranceles reducidos o incluso nulos. Por ello el informe proporciona un análisis detallado de los productos agrícolas más sensibles, incluyendo aves, carne de res, azúcar, etanol y la miel.

Como resultado del acuerdo, el informe proyecta un aumento de las importaciones europeas de aves de corral, carne de vacuno (principalmente en forma de solomillo refrigerado y congelado), etanol y miel desde los países del Mercosur, “lo que podría debilitar a los productores agrícolas europeos si esta tendencia se refleja en reducciones de precios en los mercados europeos”. En el caso del azúcar, señala que “la situación económica incierta vinculada al fin de las cuotas de azúcar y precios garantizados en la UE y al Brexit exponen al sector a la volatilidad de los precios mundiales, lo que dificulta predecir los impactos posible”. El informe destaca que las disposiciones relativas al etanol “probablemente tendrán como consecuencia de la reducción de las salidas del azúcar europeo”.

Finalmente, el informe subraya que, “aunque la cláusula de salvaguardia bilateral del acuerdo para limitar los efectos potencialmente dañinos de la liberalización comercial para los productores europeos de productos agrícolas sensibles es “bienvenida en sí misma, podemos sin embargo dudar de su capacidad para desempeñar este papel en su definición actual”.

Las objeciones francesas

En un comunicado de prensa, donde resume las conclusiones del Informe de la comisión de evaluación del proyecto de acuerdo UE-Mercosur, este viernes 18 de septiembre, el gobierno francés recordó que “en agosto de 2019, el presidente Macron indicó que Francia no podía apoyar el acuerdo UE-Mercosur en su forma actual, dada la dirección de las políticas públicas de este bloque de países que claramente van en contra de los objetivos colectivos del Acuerdo de París y sus compromisos individuales asumidos en este marco. Esto se manifiesta en particular por el agravamiento durante varios años de la deforestación en esta región, especialmente en la Amazonía. Estos actos son contrarios tanto a la letra como al espíritu del proyecto de Acuerdo de Asociación UE-Mercosur, cuyos aspectos comerciales y políticos se comprometen explícitamente con el respeto y la aplicación efectiva del Acuerdo. de París, a petición de Francia durante las negociaciones”

En su presentación el gobierno francés indica que el informe surge de la investigación encargada a a una comisión de expertos independiente presidida por el economista ambiental Stefan Ambec. “Esta comisión fue la encargada, en particular, de analizar todas las disposiciones del proyecto de acuerdo que puedan tener un impacto en el desarrollo sostenible, evaluando el efecto del acuerdo sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, la deforestación, la biodiversidad, la difusión de tecnologías limpias y la transición ecológica de los métodos de producción, y nuestra capacidad para asegurar el cumplimiento, para todos los productos consumidos en el mercado europeo, de nuestras normas medioambientales y sanitarias” señala el gobierno francés en su comunicado.

En cuanto a las objeciones concretas, en primer lugar, el informe destaca el impacto potencial del acuerdo comercial sobre el aumento de la deforestación en los países del Mercosur. Luego, subraya el nivel insuficiente de ambición de este borrador de acuerdo como herramienta para acercar a nuestros socios comerciales a tener mejor en cuenta el cambio climático y la protección de la biodiversidad, en particular a través del respeto a la Acuerdo de Paris. A partir de estos elementos, el gobierno francés concluye que estos elementos confirman la posición de Francia de oponerse al proyecto de acuerdo de asociación en su forma actual.

En cuanto a las recomendaciones, el gobierno francés considera que es necesario concentrar el trabajo, en particular, en el desarrollo de disposiciones que permitan asegurar:
1. Que un acuerdo de asociación con Mercosur no puede en ningún caso conducir a un aumento de la deforestación importada a la Unión Europea;
2. Que las políticas públicas de los países del Mercosur cumplan íntegramente con sus compromisos bajo el Acuerdo de París, los cuales son parte integral del Acuerdo de Asociación;
3. Que los productos agroalimentarios importados que se benefician de un acceso preferencial al mercado de la Unión Europea respeten, de jure y de facto, las normas sanitarias y medioambientales de la Unión Europea. Se hará un seguimiento de estos productos.

Los reparos argentinos

Volviendo a la posición del embajador argentino ante el Mercosur, Mariano Kestelboim, estas son algunas de sus textuales:

“la posición del oficialismo es dar el debate en el Congreso. Como se dio esta flexibilidad de suscribir el acuerdo independientemente de lo que hagan el resto de los países del Mercosur, ese debate hay que darlo. Nosotros creemos que Brasil, Paraguay y Uruguay, en caso de que los europeos ratifiquen el acuerdo, también van a ratificarlo”

“Hay que hacer un estudio de costo-beneficio de no firmarlo y perder directamente todas las preferencias que tenemos en relación con la Unión Europea. O firmarlo y seguir sosteniendo estas preferencias y los beneficios que tendría el acceso a ese acuerdo. Es complejo. La posición del oficialismo es dar el debate en el Congreso. Y ese debate no está claro. Desde el punto de vista del gobierno argentino, el acuerdo tiene falencias muy importantes, básicamente en su origen, por no haber realizado estudios de impacto”

“El hecho de que en el acuerdo internacional más grande de la historia económica entre dos bloques regionales no haya habido estudios de impacto es sorprendente y un punto a tener muy en cuenta. Esto da lugar a pensar que muy probablemente hubo una interferencia de intereses particulares que promovieron la firma del acuerdo y no abrieron la posibilidad de que fuera transparente, abierto a toda la sociedad”

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