Biden y Putin llevan la disputa geopolítica a Medio Oriente

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Estados Unidos intenta recuperar iniciativa en  Medio Oriente y estabilizar los precios del petróleo. Rusia se reunirá con Turquía e Irán la semana entrante para reforzar su influencia en la región. China realiza su gira por Asia pacifico para potenciar sus lazos políticos y comerciales. En Italia se sucedió una crisis política que pone en vilo al gobierno de Draghi. En América Latina AMLO se reunió con Biden para abordar la cuestión migratoria y la cooperación bilateral.

Por Federico Montero y Pablo Macia

Estados Unidos intenta recuperar iniciativa en  Medio Oriente para estabilizar los precios del petróleo.

El presidente norteamericano Joe Biden encabezó una gira por Medio Oriente con “agenda abierta” pero que tuvo como objetivo principal, el de reforzar su influencia en la zona y estabilizar los precios del petróleo a partir de una mayor producción. Con Israel como su aliado estratégico en la región, Biden alcanzó un nuevo pacto de seguridad. En el mismo, se compromete a fortalecer la capacidad de Israel “para disuadir a sus enemigos y defenderse por sí mismo” y a evitar que la República Islámica de Irán adquiera un arma nuclear.  El presidente de Estados Unidos indicó que incluso usaría la fuerza contra Teherán para disuadir esa posibilidad “como último recurso”. Sin embargo, la principal estrategia de Washington es restablecer las negociaciones del acuerdo nuclear de 2015 con Irán, que permitió levantar algunas sanciones pero del que Estados Unidos se retiró unilateralmente durante la gestión Trump en 2018.

Otro tema de importancia para la estabilización de la región está dado por la relación con Palestina. Biden se reunió con el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas en Cisjordania para reafirmar el compromiso de Estados Unidos de avanzar hacia el reconocimiento de un Estado Palestino. La definición es un avance con respecto a la política negacionista de la gestión Trump. Sin embargo, desde la autoridad palestina reprocharon que esa definición sólo quede en palabras y que no se evidencien avances concretos en esa dirección. Palestina reclama a Jerusalén Este como su capital, anexada por Israel desde la guerra en 1967. Por su parte, desde Tel Aviv no hay condiciones para avanzar hacia acuerdos estables ya que el gobierno actual está en salida y habrá elecciones en noviembre.

La estadía sirvió también para celebrar la cumbre entre Estados Unidos, Israel, la India y los Emiratos Arabes Unidos, conocidos como I2U2. Esta alianza estratégica está enfocada en la cooperación económica y en la inversión en infraestructura en áreas como en agua, energía, transporte, espacio, salud y seguridad alimentaria. Desde Estados Unidos pretenden que la coalición se convierta en una referencia para la seguridad de Washington en la región similar a la del Quad en el Indo-Pacífico.

La gira concluyó con el significativo vuelo directo de Biden desde Israel a Arabia Saudita, a partir de la apertura saudí a vuelos comerciales israelíes y de otros países. Este hecho ha sido interpretado como un avance de la controvertida monarquía hacia el reconocimiento del Estado de Israel. En contrapartida, Biden promueve que Israel acepte la sesión de soberanía de Egipto hacia Arabia Saudita de Tirán y Sanafir, dos islotes estratégicos de acceso al Mar Rojo. El régimen autocrático saudita ha sido consignado como responsable del asesinato del periodista Yamal Jashoggi en 2018. Pero las condenas por el quebrantamiento de los derechos humanos fueron dejadas de lado a partir de la necesidad inminente de Estados Unidos de estabilizar los precios del petróleo. En ese aspecto, Biden promueve que el país potencie el suministro de petróleo para bajar los precios de los combustibles y estabilizar la inflación. Arabia Saudita es el mayor exportador mundial de petróleo y un importante comprador de armas. Históricamente fue un aliado estratégico de Estados Unidos pero en los últimos años también se acercó a Rusia para establecer nuevos vínculos económicos. Biden dejó en claro que Estados Unidos no cederá su influencia en Medio Oriente para que la llenen China o Rusia’.

Rusia reforzará su relación con Turquía e Irán en Teherán.

Por su parte, un comunicado del Kremlin anunció que el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin viajará la semana próxima a Teherán, para reunirse con sus pares de Irán y Turquía. De esta manera, Rusia reforzará sus lazos con dos potencias intermedias de la región del Medio Oriente. El encuentro se dará en el contexto de las acusaciones de Estados Unidos sobre una potencial venta de drones de Irán a Rusia para la guerra en Ucrania. Irán desmintió esa versión y afirmó que la cooperación tecnológica con la Federación Rusa se remonta a antes de la guerra en Ucrania y que se mantendrá vigente. El país persa reclama el desarrollo de su propia tecnología nuclear para fines pacíficos en base a los acuerdos nucleares del Plan Integral de Acción Conjunta, del que Estados Unidos se alejó en 2018 incumpliendo sus compromisos. Pero además de las reuniones bilaterales de cooperación, el encuentro tiene como eje central el conflicto desatado en Siria desde la “primavera árabe” en 2011. Rusia, Turquía e Irán son miembros del proceso de negociación de Astaná, que reúne al gobierno y la oposición de Siria para intentar normalizar la situación frente al conflicto vigente. La situación humanitaria de Siria también se discutió en la ONU, donde se arribó a un consenso para la entrega de  alimentos y suministros de socorro a través del cruce en la frontera sirio-turca hasta enero de 2023. Por otro lado, la relación entre Rusia y Turquía también es de mutua cooperación, y actualmente se concentra en la provisión del gas y en la logística para la importación de cereales y el tráfico marítimo en el mar Negro. La situación de Turquía es estratégica ya que por un lado es miembro de la OTAN, poseyendo el segundo mayor ejército de la coalición, pero por otro lado mantiene buenas relaciones con Rusia y no le ha impuesto sanciones económicas. De esta manera ejerce como mediador en las negociaciones entre Ucrania y Rusia para la salida de la cosecha de cereales bloqueados por la guerra por el mar de Azov y el mar Negro.

China culmina su gira por Asia-pacifico.

Mientras tanto, China continúa desplegando su iniciativa en su zona de influencia más próxima en Asia-pacífico. Así durante esta semana desarrolló tres encuentros de relevancia. En primer lugar, la 14.ª Reunión del Comité Directivo China-Vietnam para la Cooperación Bilateral, presidida por el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, y el vice primer ministro de Vietnam, Ph?m Bình Minh. De la reunión se desprendieron puntos estratégicos a desarrollar como el intercambio de experiencias de administración y gobierno; la complementación industrial y logística aprovechando la proximidad geográfica y la articulación en la Asociación Económica Integral Regional (RCEP); la cooperación para el desarrollo de tecnología y energías verdes y el intercambio cultural y la integración  de los pueblos. En segundo lugar, se celebró la Sexta Reunión del Comité de Coordinación Intergubernamental China-Camboya, en la que decidieron avanzar en proyectos clave en el marco de construcción conjunta de la Franja y la Ruta. El esquema de cooperación incluye también articulaciones en el campo de la economía, el comercio y la agricultura, ciencia y tecnología, educación, cultura, laboratorios de ideas y turismo, entre otras áreas. Por último, se desarrolló el segundo Diálogo de Liderazgo Político China-Países Insulares del Pacífico. En el mismo acordaron generar sinergias entre la Iniciativa de la Franja y la Ruta y las respectivas estrategias de desarrollo nacionales de cada una de las islas. En todos estos encuentros se acordó también respetar y defender la política de una sola China, en referencia a la ambición de Estados Unidos de habilitar o alentar la independencia de Taiwan. De esta forma China continúa ejerciendo su iniciativa en el Asia-pacífico, tanto en términos de intercambio comercial y de inversión como en términos políticos. 

La crisis política llegó esta vez a Italia

Por otro lado, en Italia se desplegó una crisis política a partir del pedido de renuncia del primer ministro Mario Draghi, que fue rechazada por el presidente Sergio Mattarella. De esta forma, Draghi tendrá que afrontar el miércoles próximo un nuevo respaldo “de unidad nacional” en el parlamento o de lo contrario se precipitará el adelantamiento de las elecciones. El pedido de renuncia del todavía actual primer ministro se suscitó  por la negativa del Movimiento Cinco Estrellas (M5E), a acompañar el paquete de medidas económicas del gobierno, que consideraba como insuficiente en cuanto a la ayuda social. Sin embargo, desde el centro izquierda y el propio M5E promueven volver a darle un voto de confianza a Draghi para que continúe a la cabeza del gobierno en el marco de la crisis económica desplegada como efecto de la pandemia y de la guerra en Ucrania. La situación económica y social imperante es compleja, tanto por el aumento de precios de alimentos y energía como por el desabastecimiento de algunos productos debido a las sanciones y el bloqueo de la guerra. En ese contexto, el partido de oposición de derecha Hermanos de Italia viene encabezando las encuestas y viene traccionando a los partidos La Liga y Fuerza Italia que sí integran el gobierno. De esta manera, ambos partidos le quitarían el apoyo a Draghi el miércoles a la espera de provocar el adelantamiento de las elecciones en las que especulan con alcanzar un gobierno de coalición de derecha. En este aspecto, el escenario del miércoles próximo está abierto, pero vuelve a confirmar el desgaste de los gobiernos en esta etapa de crisis económica y social y la insatisfacción democrática que experimenta la población.

AMLO culminó su gira por Estados Unidos

Uno de los hechos más destacados de la semana en América Latina, lo generó la gira por Estados Unidos del presidente de México Andrés Manuel López Obrador. Luego del desplante que diera el presidente en la Cumbre de las Américas en repudio a la negativa a invitar a todos los presidentes del continente, el encuentro con Biden sirvió para distender las relaciones y darle impulso a nuevas iniciativas de cooperación. Entre las cuestiones más destacables, AMLO le propuso a Biden la provisión de combustible y gas, tan necesarios en el contexto de la guerra en Ucrania. Por otro lado, también propuso la baja de aranceles en el comercio de alimentos, a los fines de controlar la inflación. Con un el 9,1% interanual en este mes, Estados Unidos alcanzó la mayor inflación de los últimos 40 años. Por último, también propuso la agilización de las visas temporales de trabajo para ordenar los flujos migratorios que tantas consecuencias trágicas trae. El encuentro también permitió llevar el respaldo de AMLO a Biden, en el marco de la disputa que el presidente de Estados Unidos mantiene con el sector conservador de los republicanos, que tienen posiciones más duras en materia de inmigración. Cabe recordar la propuesta de campaña de Trump de la creación de un gran muro fronterizo para detener la inmigración y la muerte por asfixia de 53 inmigrantes encerrados en un camión que intentaron entrar ilegalmente al país. Los medios estadounidenses reflejaron la disputa interna en el país, mostrando las críticas de los republicanos a Joe Biden por los encuentros con el presidente mexicano y los acuerdos alcanzados. El año pasado, el gobierno de Biden  emitió 300.000 visas H-2 (destinadas a personas sin intención de inmigrar permanentemente) para trabajadores mexicanos, lo que constituyó todo un record. El encuentro permitió fortalecer estas iniciativas y el compromiso de continuar desarrollando una relación bilateral “de igual a igual” entre ambos países.