Por Ariadna Dacil Lanza
“Imagino que Bolsonaro no durmió anoche”, ironizó el viernes Luis Inacio “Lula” da Silva al referirse a las últimas encuestas que anticipan un escenario polarizado pero en el que el expresidente llevaría la delantera. Sin embargo, la frase de Lula podría -¿debería?- tener otra acepción que sería la de no confiarse porque el actual Presidente no se quedará dormido viendo cómo el Partido de los Trabajadores (PT) crece.
“En la segunda vuelta voy a participar. Si yo voy para la segunda vuelta, que debo ir, voy a participar”, dijo Bolsonaro ayer al programa de radio del animador Ratinho, padre del gobernador del estado de Paraná, Carlos Massa. De esa forma descartó participar de los debates previo al 2 de octubre. Y explicó: “En la primera vuelta los diez candidatos que irán ahí me tirarán con todo y no voy a tener tiempo de responderles”.
Bolsonaro ya supo borrarse de los medios tradicionales durante la campaña de 2018 y aún así -o en parte por eso- crecer. Al punto tal que -al igual que intenta imitarlo por estos días Rodolfo Hernández en Colombia- no participó de los últimos debates presidenciales previo a los comicios so pretexto de la puñalada que recibió y lo había dejado en el hospital, pero que sin embargo no le impidió aceptar entrevistas personalizadas e incluso que sus hijos difundieran las escenas de la internación en sus redes sociales.
La noche de su victoria incluso eligió hablar directamente desde su condominio en Barra da Tijuca, Río de Janeiro, a través de un live de Facebook antes que con la prensa en un búnker de campaña. Así es que la relación con las redes sociales se ha potenciado y desde entonces, la supremacía del actual presidente en estas plataformas fue in crescendo. Hoy Bolsonaro tiene casi 50 millones de seguidores en Facebook (14M), Youtube (3,6M), Twitter (8,1 M), Instagram (19,9M), Telegram (1,3M) y TikTok (1,6M).
La Fundação Getulio Vargas (FGV) realizó un mapeo inédito del comportamiento de los candidatos presidenciales en TikTok donde en ausencia del expresidente Lula, que no tiene perfil en la aplicación, Bolsonaro lidera cómodamente todas las métricas de participación. El candidato del Partido Liberal tiene 1,5 millones de seguidores (casi la misma cantidad de interacciones que tiene su video más popular), y ya hizo 215 publicaciones, con las que consiguió 12 millones de interacciones. En tanto, Ciro Gomes (PDT) fue el primero en ingresar a la aplicación y también tiene un buen desempeño, aunque muy inferior al Presidente.
Desde luego que muchos seguidores de cada plataforma se superponen en las diferentes aplicaciones pero es ese un dato en sí mismo y también en términos comparativos ya que Lula acumula tres veces menos que Bolsonaro. ¿Y qué importa ese dato si las encuestas muestran un viento a favor? Podría ser una pregunta válida pero como vimos con José Antonio Katz en Chile y ahora Hernández en Colombia -quien no era ponderado por las encuestas como un posible competidor de Petro en el balotaje salvo hasta abril- escurrirse de las grandes definiciones que demandan las instancias masivas de medios y optar por la microsegmentación de su mensaje en las redes los ha ayudado para colarse en un balotaje.
Se trata además de políticos que no abrevan en una tradición partidaria fuerte entre varios factores más pero eso sería motivo de otro artículo. Aquí el punto es la comunicación y este parece ser un tópico por estos días también dentro de la campaña del candidato petista.
En las últimas semanas Lula aumentó la cantidad de mensajes e interacciones en sus cuentas, modificó sus perfiles y hasta prioriza a algunos influencers. El PT incluso lanzó el “Lulaverso”, una web con contenido del candidato, pensada para un público más bien joven y desde la que los usuarios pueden unirse a grupos de ‘Lulista’ en las principales redes sociales y compartir figuritas o GIFs del expresidente bastante divertidas.
Estos cambios fueron acompañados por modificaciones en la cúpula de la campaña en la que entraron el diputado y expresidente del partido Rui Falcão, y a Edinho Silva, quien había sido ministro en el gobierno de Dilma Rousseff.
Además de reaccionar con esas iniciativas, la campaña del PT se muestra confiada en que Bolsonaro no tiene un buen desempeño en las encuestas entre los votantes más jóvenes incluso entre aquellos que usan TikTok. Según la última encuesta de Datafolha, Lula supera al actual presidente en ese electorado por 58% contra 21%.
“No sirve de nada desesperarse, no vamos a llegar a Bolsonaro, pero no vamos a ganar en lo digital, sino en la política”, dijo semanas atrás la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, quien también había reconocido que la campaña en las nuevas plataformas habían mejorado pero que todavía “faltaba mucho”.
¿Hay que aclarar que ningún factor por sí mismo puede explicar la performance de un candidato en una elección? Quizás hay que aclarar lo obvio pero que no sea el factor explicativo del todo no quiere decir que sea desatendible a cuatro meses de las elecciones. Que Bolsonaro no duerma quizás sea una alerta para también mantenerse en vilo.