Brasil cada vez más cerca del “plebiscito” entre Lula y Bolsonaro

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Por Rogério Tomaz Jr.*

Sergio Moro se rindió, o más bien se vio obligado a rendirse, en marzo. Ahora bien, quien anunció la salida de la carrera por las elecciones presidenciales más importantes de la historia de Brasil fue João Doria, lanzado al mar por el propio partido, el PSDB, por el que gobierna el estado de São Paulo, el más rico y poblado del país.

El bochorno de Dória es tan grande que ni siquiera se presentará a la reelección. El candidato del PSDB para mantener la hegemonía paulista del partido de casi 30 años será Rodrigo García, vice-gobernador que asumió el puesto a fines de marzo.

Ahora los ojos están puestos en Ciro Gomes. Gracias a sus propios errores políticos, especialmente la opción táctica de atacar a Lula y al PT para tratar de asumir la posición de principal opositor a Bolsonaro, el candidato del PDT enfrenta hoy presiones internas y externas para abandonar su candidatura.

Incapaz de subir en las encuestas – hoy oscila entre el 4 y el 8% del electorado – y perdiendo cada vez más adeptos, incluidos nombres de peso en diversos ámbitos de la sociedad, Ciro puede estar arrastrando al hundimiento a un partido que siempre ha sido un aliado histórico del PT y Lula. El aislamiento del PDT en el proceso electoral puede provocar la disminución de su bancada en el Congreso, algo que sería muy malo en cualquier escenario.

En caso de victoria de Lula, disminuiría la capacidad de ocupar espacios relevantes en el gobierno. En caso de una trágica reelección de Bolsonaro, el PDT perdería aún más fuerza en el campo opositor y podría caer ante la cuarta fuerza política de la izquierda, detrás del PT, el PSB y, eventualmente, el PSOL.

Hace dos semanas, Ciro se vio obligado a dar entrevistas para confirmar que será candidato, ante los rumores de una posible retirada. El lunes (23), la presidenta del PT provocó al ex aliado. “No sé si la candidatura de Ciro Gomes llega hasta el final”, dijo Gleisi Hoffmann, quien mantiene el diálogo con los líderes del PDT para convencerlos de que apoyen a Lula desde ya, lo que podría asegurar la victoria del ex presidente en la primera vuelta, que tendrá lugar el 2 de octubre.

Así, confirmando lo que escribí en la columna del 25 de abril, el proceso electoral se encamina a un “plebiscito” no oficial entre Lula y Bolsonaro, que suman más del 80% de los votos válidos en todas las encuestas. En la más reciente, XP/Ipespe, publicada el viernes (20), el candidato del PT alcanza el 47,8% de los votos válidos en la primera vuelta, mientras que el actual mandatario viene con 34,8%.

Bolsonaro continúa tratando de crear, cada semana, operetas para desviar el foco de los medios de comunicación y la sociedad de la tragedia económica. Pero la población ha sentido en la vida cotidiana el aumento del costo de vida, la precariedad del trabajo y la falta de perspectiva en un escenario que incluso puede empeorar, debido a la coyuntura internacional. La realidad ha sido la mejor vacuna contra el virus de la desinformación difundida por la extrema derecha.

Por su lado, Lula sigue construyendo acuerdos políticos en cada estado del país y, con ajustes en la comunicación de la campaña, ha fortalecido su imagen como el candidato de la paz y el amor contra el oponente que simboliza el odio, la violencia y la mentira.

Este columnista apuesta por la victoria de Lula ya en primera vuelta, como viene diciendo desde mediados de 2021. Pero no será fácil. Bolsonaro todavía puede crecer y disminuir la diferencia para el petista. Definitivamente no va a ser una elección tranquila. Ni hablar de lo que puede suceder tras las elecciones…


*Periodista brasileño, cursando actualmente la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza. Trabajó durante 11 años en la Cámara de Diputados de Brasil. Twitter: @rogeriotomazjr