Panorama Semanal

El retorno del realismo político para comprender las disputas en el tablero multipolar.

Más allá de las justificaciones ideológicas con las que las potencias mundiales elaboran sus estrategias de política internacional, se van configurando nucleamientos geopolíticos en función de intereses económicos concretos más que por afinidades del sistema político entre países. Como ejemplo, a pesar que Estados Unidos se encarama como el defensor de la democracia y los derechos humanos para sancionar algunos estados como China, Irán, Venezuela y otros, termina articulando con países autocráticos o de dudosa calidad democrática en otros lugares de acuerdo a su conveniencia como en el caso de Arabia Saudita, Irak y otras monarquías petrolíferas.

Ganadores y perdedores en la coyuntura internacional

La creciente inflación que afecta al mundo, propiciada por los efectos de la pandemia y por el bloqueo de cadenas de valor a partir de la guerra en Ucrania, no repercute de la misma manera en todos los sectores sociales de cada país. Así lo revela el reciente estudio sobre Estados Unidos publicado esta semana por el medio inglés The Guardian, donde confirma con datos precisos una hipótesis que también abarca a otros países: las principales corporaciones aumentan los precios incluso cuando sus ganancias aumentan.

Cambios de escenario a 2 meses de conflicto bélico en Ucrania

A 2 meses del conflicto militar en Ucrania se continúan revelando las implicancias geopolíticas y económicas del conflicto atravesado por un manto de incertidumbre en cuanto a su desenlace en el tiempo. Lo único evidente al momento es que la Unión Europea ha quedado entrampada en la tradicional estrategia geopolítica de Estados Unidos, que plantea la contención sobre Rusia para impedir su articulación con Europa y el desarrollo de un heartland euroasiático que diluya la influencia de la potencia norteamericana en la región. Así, el conflicto militar en Ucrania, como ejemplo, quebró la articulación entre Rusia y Alemania con la provisión de gas desde el recientemente terminado gasoducto Nord Stream 2.

Reordenamiento geopolítico, tensiones políticas y sociales

El aumento de precios de energía y alimentos presiona sobre la base de la inflación preexistente en el mundo como resultado del rebote económico pospandemia, aumentando el malestar social y las matrices de desigualdad en el Sur Global pero también en el centro mismo de las potencias occidentales. El conflicto con Ucrania ha manifestado la crisis del proyecto de inserción subordinada de la Unión Europea en la globalización liderada por EEUU.

Elecciones en Francia en el contexto de incertidumbre global y de insatisfacción democrática

Este domingo 10 de abril se llevan a cabo las elecciones presidenciales en Francia en las que 48 millones de electores están habilitados para votar, en una campaña de baja intensidad que podría marcar una alta abstención, que incluso superaría el récord del año 2012, cuando un 28% de los electores no asistió a votar. El actual presidente de Francia, Emmanuel Macron, lleva la delantera sobre Marine Le Pen según las encuestas, en lo que pareciera reproducir el escenario del 2017. Sin embargo, las condiciones son bien diferentes a las de hace 5 años por varios motivos. En primer lugar, Macron se vió desgastado por la gestión neoliberal que fue resistida por los estallidos de los chalecos amarillos; por los efectos de la pandemia; por el alza de precios producto de la guerra en Ucrania y últimamente, por los altos gastos del gobierno francés con consultoras estadounidenses como McKinsey.

Inflación mundial en alza y reordenamientos geopolíticos.

La inflación no es un mero problema monetario a resolver per se, sino a partir de la desigualdad y de la pérdida del poder adquisitivo que genera, afectando la calidad de vida de los pueblos. Por ello, las matrices políticas de dicha inflación están atadas al control de los recursos estratégicos, tal como lo expresó la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el acto en conmemoración por los 40 años de la guerra de Malvinas, al afirmar que los alimentos y la energía se han convertido en un virtual botín de guerra en esta etapa geopolítica mundial. Así, el reacomodamiento de precios de los alimentos y la energía revelan la estrategia del poder atlantista, que lejos de abonar al mito de una libre globalización ordenada que asigna eficazmente los bienes y servicios, se asegura el control militar del suministro de los recursos básicos que organizan la producción y la soberanía alimentaria.

A un mes de la guerra en Ucrania se prolonga el conflicto y los nucleamientos políticos

El balance a más de un mes del inicio de la ocupación Rusa en Ucrania manifiesta la consolidación de nuevos reacomodamientos geopolíticos marcados por el refuerzo del atlantismo de la mano de Estados Unidos y las potencias de Europa, por un lado; y por la tensión con la Federación Rusa y su despliegue obligado hacia la zona Asiática y hacia otros aliados en países emergentes que se han manifestado neutrales ante las sanciones impulsadas por occidente.

Repolitización y debate por los recursos estratégicos en un escenario de conflicto e incertidumbre

La comunicación telefónica entre Biden y Xi ubicó el conflicto entre Rusa y Ucrania en la mesa grande del debate sobre el reacomodamiento geopolítico y económico que se disputa palmo a palmo en el marco de la incertidumbre que domina el escenario. Las interpretaciones sobre lo conversado son también parte de la disputa, pero lo que aparece con claridad es que, sea cual fuere el desenlace militar en Ucrania, ya sea inmediato o en un lapso prolongado, emerge una situación compleja para los países del centro y la periferia. Las estrategias para afirmar el control sobre los recursos estratégicos y las amenazas y oportunidades que abre la escalada de los precios de alimentos y comodities fuerzan una repolitización de la acción estatal.

Hacia un punto de inflexión en el conflicto de Ucrania y una reconfiguración de la dinámica geopolítica

En un marco de gran incertidumbre, lo único claro es que se están poniendo en juego importantes cambios en los equilibrios de poder, cuyo desenlace está en pleno desarrollo. Como muestra de estas transformaciones, el domingo pasado, Alemania anunció una ‘nueva era’ en su políticas exterior y de defensa, con una inversión de 100.000 millones de euros para sus fuerzas armadas durante 2022. Así, la mayor economía de Europa invertirá más del 2% de su PIB en defensa, superando lo reclamado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El conflicto militar en Ucrania transforma el escenario mundial

El tema de agenda central de la semana en el plano internacional está atravesado por el conflicto en torno a la operación militar de Rusia en Ucrania, desplegada por el Presidente Vladimir Putin para promover “una desmilitarización y una desnazificación” en defensa de los rebeldes prorrusos del este del país. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ordenó actuar contra los “invasores”, militarmente más potentes mientras que las fuerzas rusas avanzan sobre Ucrania hacia la capital de Kiev y otros objetivos militares.