Conexión Brasil | Lula toca un punto sensible del capitalismo brasileño y desata reacciones de odio

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por Rogério Tomaz Jr.¹

En los últimos días de su caravana por los estados de la región Nordeste, Lula tocó un tema tabú para la élite económica brasileña: la regulación de la comunicación. El expresidente dijo que defiende el “modelo inglés”, que puede entenderse como una vigorosa comunicación pública que convive con los medios privados. Pero cualquier mención del tema es suficiente para desatar un odio, desde los voceros de la derecha, que solo encuentra equivalente cuando se habla de reforma agraria.

Hay dos sectores absolutamente sagrados e intocables para los capitalistas en Brasil: la estructura agraria y los oligopolios mediáticos. Cualquier intento de hacer una reforma que democratice estos dos sectores, en el país de la Rede Globo, es lo mismo que invocar al diablo en una iglesia.

Por eso las reacciones contra lo que dijo Lula fueron tan fuertes. ¿Y qué dijo exactamente?

La regulación de los medios aún es de cuando charlábamos por carta, de 1962. Están viendo lo que hacen en Internet. Difunden mentiras, recetan medicamentos para el Covid que no funcionan. Nadie quiere controlar. Yo no quiero controlar. No quiero un modelo cubano o chino, quiero el modelo inglés. Estoy en contra de la censura porque soy víctima de ella”, expresó en una entrevista en Salvador, Bahia, y su equipo lo publicó resumido en su Twitter.

El oligopolio familiar también fue criticado por Lula. “No es posible que nueve familias tengan todos los principales medios de comunicación del país. Es necesario democratizar”, añadió.

Las reacciones:

Lula rescató un viejo fetiche del autoritarismo del PT: controlar el desempeño de la prensa libre”, la revista Veja.

Que nadie se engañe: el ‘demócrata Lula’ es una gran farsa, y su ‘nuevo marco regulatorio de la comunicación en Brasil’ tiene todo para ser la materialización del atentado a la libertad de prensa”, el diario de ultraderecha Gazeta do Povo, de Curitiba.

Lula amenaza con la censura disfrazada de ‘regulación de los medios’. En el discurso del expresidente reaparece el viejo rencor contra la prensa que no pudo controlar”, Rosane de Oliveira, principal columnista del diario neoliberal Zero Hora, de Porto Alegre.

El tono de Lula sobre la regulación de los medios es el de quien quiere controlar el trabajo de la prensa con ‘mano de hierro’ el trabajo de la prensa”, comentarista Alexandre Borges, de CNN Brasil.

Otra periodista de CNN Brasil, Daniela Lima, rechazó las declaraciones de Lula y dijo que algunos dirigentes del PT estaban sorprendidos por el enfoque del ex presidente sobre el tema. “El expresidente Lula entregó municiones como regalo a sus críticos al volver a hablar sobre la regulación de los medios. Incluso dentro del PT, admiten que la estrategia fue todo menos inteligente. Tesis de decadencia. No hay democracia sin libertad de prensa”, publicó la periodista en su Twitter.

El guerrillero

El principal interlocutor del expresidente en materia de comunicación es Franklin Martins, quien fue secretario de Comunicación Social en su segundo mandato (2007-2010). Martins fue miembro del MR-8, un grupo guerrillero urbano que luchó contra la dictadura militar y en 1969 secuestró al embajador de Estados Unidos, Charles B. Elbrick. Como periodista, trabajó para medios de Rede Globo y Rede Bandeirantes y fue uno de los más influyentes del país.

Como ministro, organizó la Conferencia Nacional de Comunicación (Confecom) en 2009, proceso que reunió a miles de representantes de la sociedad civil, incluidos representantes de los medios corporativos, de universidades y de entes públicos (Ejecutivo, Judicial, Legislativo y Ministerio Público) para debatir nueva legislación para el sector y aprobó un cuaderno de resoluciones muy avanzado.

El exguerrillero ayuda a Lula en su comunicación y debe jugar un papel importante si el integrante del PT regresa al Palacio de Planalto.

El capítulo que trata de la Comunicación Social en la Constitución de Brasil tiene solo cinco artículos, pero solo uno de ellos fue efectivamente regulado desde 1988, cuando se promulgó la Carta: precisamente el más inocuo, que crea el Consejo de Comunicación Social, un organismo que solo realiza debates en el Senado Federal y nunca es tomado en serio.

De hecho, cualquier iniciativa para cambiar la legislación de manera más profunda es aplastada en el Congreso Nacional, dominado por la derecha neoliberal, actualmente liderada por empresarios del agro, que también son exactamente propietarios, socios o los principales anunciantes de los grandes medios brasileños.

A ver qué pasará si Lula resulta elegido en 2022.


¹ Periodista brasileño, residente en Argentina, cursando la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza. Trabajó durante 11 años en la Cámara de Diputados de Brasil.