Por Rogério Tomaz Jr.*
Faltan poco más de cinco meses para las elecciones en Brasil y la carrera presidencial se polariza cada vez más entre el actual presidente, Jair Bolsonaro (PL), y el expresidente Lula da Silva (PT). Con la retirada – o la exclusión forzosa – de Sergio Moro, los candidatos de la llamada “tercera vía”, slogan alternativo para la derecha no bolsonarista, suman menos del 5% de las intenciones de voto.
Eso es lo que muestra la encuesta más reciente de la agencia FSB, contratada por el banco de inversión BTG Pactual y divulgada este lunes (25). En ella, Lula aparece con el 41% y Bolsonaro alcanza el 32%. En la última encuesta de FSB, en marzo, Lula tenía el 43% y su principal oponente aparecía con el 29%.
Considerando sólo los votos válidos, Lula tendría el 45,5%, mientras que todos los demás suman el 54,5%. Sin embargo, en la encuesta XP/Ipespe divulgada la semana pasada, Lula aparece con el 49,4% de los votos válidos frente al 50,6% del conjunto de sus opositores.
Ciro se encoge
Ciro Gomes, cada vez más inmerso en su odio y rencor contra el PT y Lula, sigue achicándose y ahora aparece con sólo el 4% en la encuesta FSB y el 8% en la de XP/Ipespe. Si no reacciona y gana más votantes para octubre, es probable que Ciro tenga el peor desempeño de sus cuatro carreras presidenciales. En 2018 obtuvo el 12,47% de los votos, resultado similar al de 2002, cuando alcanzó el 11,97%, y ligeramente superior al de 1998, cuando recibió el 10,97% de los votantes.
Adiós, Moro
La disputa entre Lula y Bolsonaro comienza a ser el único tema del debate político en todo el país, incluso en las redes sociales y en los principales medios de comunicación, que parecen haber renunciado a intentar promover la “tercera vía” tras el desastre Sergio Moro, quien tal vez no va a postularse para ningún cargo – aunque este columnista lleva tiempo diciendo que una de las opciones para el exjuez sería postularse a un escaño en la Cámara de Diputados para obtener el foro privilegiado de parlamentario y evitar prisión por los delitos cometidos en Lava Jato. Esto es lo que escribí en texto publicado el 8 de noviembre de 2021:
“¿El objetivo sería crear una base electoral para 2026? ¿Anunciar la candidatura presidencial, pero en realidad competir por un escaño en el Senado o en la Cámara, para obtener un foro y evitar la cárcel por los delitos que cometió como juez?”
El caso es que Moro ha pasado de ser un “héroe nacional”, ungido por todo el espectro de la derecha, a una diminuta figura cuyo destino político lo decide un partido de Centrão, el recién creado União Brasil, fusión de Demócratas y el Partido Social Liberal (PSL), que eligió a Bolsonaro en 2018.
Plebiscito
Tras el indulto presidencial de Jair Bolsonaro a un diputado – Daniel Silveira – condenado a 8 años y 9 meses de prisión por amenazas a varios ministros del Superior Tribunal Federal (STF), creció la indignación contra el presidente y, al menos en las redes sociales, generó un sentimiento que apunta a la necesidad de garantizar la victoria de Lula ya en la primera vuelta.
Las elecciones del 2 de octubre, por lo tanto, serían una especie de plebiscito sobre el régimen político: si la población apoya la democracia o si quiere sumergirse en la autocracia con el actual presidente y sus milicianos y militares.
*Periodista brasileño, cursando actualmente la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza. Trabajó durante 11 años en la Cámara de Diputados de Brasil. Twitter: @rogeriotomazjr