El retorno del realismo político para comprender las disputas en el tablero multipolar.

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Por Federico Montero y Pablo Macia

Más allá de las justificaciones ideológicas con las que las potencias mundiales elaboran sus estrategias de política internacional, se van configurando nucleamientos geopolíticos en función de intereses económicos concretos más que por afinidades del sistema político entre países. Como ejemplo, a pesar que Estados Unidos se encarama como el defensor de la democracia y los derechos humanos para sancionar algunos estados como China, Irán, Venezuela y otros, termina articulando con países autocráticos o de dudosa calidad democrática en otros lugares de acuerdo a su conveniencia como en el caso de Arabia Saudita, Irak y otras monarquías petrolíferas. De la misma manera actúan Rusia, China, India y las demás potencias que intentan adquirir un lugar de mayor protagonismo en el escenario mundial, impulsando diversas estrategias de alianzas que les permitan obtener una mayor autonomía para sus intereses nacionales.

En ese contexto en el que se desarrolla la guerra en Ucrania, las sanciones cruzadas entre la Federación Rusa y los países europeos y aliados a la OTAN, continúan tensando el conflicto esta semana con el corte de suministro de gas a Polonia y Bulgaria por no haber realizado los pagos del servicio en rublos, tal como pretendían las autoridades de Moscú. Si bien, Europa colaboró con otras redes de suministro para que ambos países puedan abastecerse momentáneamente, la situación amenaza con ser más dramática ya que el 20 de mayo terminan varios contratos entre la Unión Europea y Rusia y el pago debería hacerse en rublos. Luego de una reunión de ministros de energía, la UE advirtió que no pagará en rublos el gas a Rusia, y que se prepararán para un eventual corte del suministro. Pero si bien la UE ya aprobó prohibir las importaciones de carbón ruso, y limitar fuertemente las de petróleo, con la apertura de los pozos del mar del Norte en el Reino Unido, para terminar con la dependencia frente a Rusia y reducir el costo de las tarifas de energía, con respecto al gas el problema es más complejo. En efecto, el mercado del gas es mucho más inelástico que el del petróleo ya que la mayoría de los productores operan con contratos a largo plazo debido a la mayor dificultad de transporte del gas natural licuado (GNL) y sus altos costos de tratamiento con respecto al gas canalizado por ductos. Así lo informa el artículo “El enigma del gas en Europa” de Daniel Gros para project-syndicate, que advierte que se necesitan hasta cuatro años para lanzar nuevos proyectos, y hacerlo tiene sentido comercial solo si el cliente está dispuesto a firmar un contrato de 20 años. Las plantas refrigeradoras de GNL que permiten adaptar el suministro para su transporte en cisternas y las instalaciones regacificadoras para su uso en destino tardan años en construirse, lo que dificulta una respuesta de Europa a corto y mediano plazo, ya que  importa alrededor del 40% del gas que consume desde Rusia.Como contraparte, si Europa llegase a realizar el leonino esfuerzo de prescindir del gas ruso, el país no podría reubicar rápidamente los 140 mil millones de metros cúbicos que le vende cada año a la UE, y que implican 400 millones de dólares al día, dañando severamente su economía.

De esta forma, las consecuencias económicas de la guerra continúan profundizándose manteniendo un desenlace abierto, en el que cada bando reorganiza sus marcos de alianzas económicas y geopolíticas e intenta generar efectos boomerang con respecto a las sanciones recibidas por sus oponentes.

Así, por un lado, este domingo se realizará una cumbre virtual de líderes del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Japón) en la que también está invitado el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, para abordar la guerra y aplicar nuevas sanciones complementarias a Rusia.

Por otro lado, este jueves intercedió el representante permanente chino ante las Naciones Unidas, Zhang Jun, durante la sesión informativa del Consejo de Seguridad sobre Ucrania,  cuestionando la expansión de la OTAN hacia el este provocando confrontaciones entre bloques en todo el mundo. La recriminación estuvo orientada también a las acciones de Estados Unidos en Asia-pacífico con los esquemas de defensa militar como el AUKUS (Australia-Reino Unido-y EEUU) o el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral QUAD (Australia, India, Japón y EEUU) que tienen como objetivo la contención del desarrollo de China en la región con sus iniciativas de la franja y la ruta.

Otro referente que cuestionó esta semana a la expansión de la alianza atlántica hacia el Este, fue el propio Papa Francisco, quien afirmó que “los ladridos de la OTAN en las puertas de Rusia” indujeron a Putin al conflicto. El pontífice afirmó también: ‘Debo ir a Moscú y encontrar a Putin’ para que ponga fin a la guerra y cuestionó al Patriarca Cirilo, jefe de la Iglesia Ortodoxa de Moscú, por sostener la postura belicista que plantea el presidente ruso.


En cuanto a Rusia, el país se prepara este 9 de mayo para celebrar el 77 aniversario del Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria (1941-1945), en conmemoración de la entrada del ejército rojo en Berlín que implicó la rendición del régimen nazi. La tradicional fecha patria con su Marcha del Regimiento Inmortal, servirá para reafirmar el sentimiento nacionalista ruso en el contexto del conflicto militar y mostrar avances en la “operación especial militar” en Ucrania. En este aspecto el diario The Guardian afirma que Putin espera reclamar a Mariupol como un puntal clave en las celebraciones de ese día patrio, ciudad en la que sólo queda un foco de resistencia en la acería Azovstal, donde ya se han evacuado 500 civiles en corredores humanitarios y se calcula que aún permanecen 200 más en refugios subterráneos, junto con combatientes de la resistencia ucraniana.

Por otro lado, en Europa, se desarrollaron las elecciones locales en el Reino Unido, donde la ciudadanía le asestó un duro golpe al Primer Ministro Boris Johnson y en la que los laboristas arrasaron en municipios clave de Londres. Así Westminster, ha caído por primera vez del lado laborista desde su creación en 1964, y también ganó esa fuerza en Wandsworth, West Oxfordshire, Southampton y Barnet. Por su parte el partido conservador retrocedió en todas las regiones del Reino Unido. El Partido Nacional Escocés (SNP) sigue siendo hegemónico en Escocia mientras que los laboristas quedaron en segundo lugar desplazando a los conservadores que realizaron la peor elección en 10 años. Por otro lado, en Irlanda del Norte, el Sinn Féin está en camino de ser el partido más votado de la Asamblea, lo que constituye un hecho histórico para el nacionalismo irlandés. Estas elecciones marcan la respuesta negativa de las regiones de Escocia e Irlanda del Norte al brexit, y a las políticas de los conservadores durante la pandemia.

Otro hecho de relevancia en la semana fue la unión de la izquierda francesa para derrotar a Macron en las legislativas del 12 y 19 de junio. La conjunción del partido La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, los comunistas y socialistas junto a los ecologistas integrarán la “Nueva Unión Popular Ecológica y Social” que buscará representar el descontento de la ciudadanía que pretende contrapesar al recientemente electo presidente Emmanuel Macron con un Primer Ministro de otro frente, desplegando un esquema de gobierno de cohabitación que ya se ha implementado en otros momentos en el país. La plataforma común de propuestas que acordó el frente de izquierda consta de reducir la edad de jubilación a 60 años, aumentar el salario mínimo y limitar los precios de los productos esenciales, entre otros puntos. En ese aspecto, pretende contrarrestar la iniciativa de Macron de aumentar la edad de jubilación de los 62 a los 65 años y otras medidas de corte neoliberal.

Con respecto a los Estados Unidos, trascendió esta semana que Cuba, Nicaragua y Venezuela no serán invitados a la IX Cumbre de las Américas  a realizarse del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, porque “no respetan la carta democrática”. Esta cumbre que intenta reposicionar a Estados Unidos en la relación con América Latina luego de la política unilateral que emprendió Trump en la región, comenzó con un transpié ya que varios estados como el de México, Bolivia, y algunos del caribe, Grupo de Puebla y la CELAC, cuestionaron las exclusiones de países adoptaron una posición autónoma a la de Estados Unidos con respecto a la guerra en Ucrania en los organismos multilaterales. Así se marcó un retroceso con respecto a la última Cumbre del 2018 en Chile, en la que sí participó Cuba. Cabe destacar que la Cumbre de las Américas fue impulsada en 1994 para impulsar el Área de Libre Comercio de América (ALCA) que finalmente fuera enterrada en su cuarta edición den Mar del Plata en 2005 por el peso de la posición de Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay comandados en ese entonces por Néstor Kirchner, Lula, Hugo Chávez y Tabaré Vázquez respectivamente, además de otros estados de la región. Sin embargo, las cumbes continuaron desarrollándose bajo agendas menos ambiciosas, y en la actual, Estados Unidos pretende lograr un Pacto migratorio que contenga la presión de pobladores latinoamericanos que intentan ingresar al país del norte.

En cuanto a América Latina, en Colombia, el candidato a la Presidencia de Colombia por el Pacto Histórico, Gustavo Petro suspendió una gira de campaña a causa de un plan para asesinarlo que según advirtió en un comunicado, estaría planeado por el grupo criminal La Cordillera, dedicada al narcotráfico y el sicariato. Dicha organización logró el control sobre las autoridades civiles regionales y políticas, además de sectores de la policía y el ejército  y opera principalmente en el Eje Cafetero, del centro-oeste del país, donde Petro tenía planificada una gira. La información “fue verificada por el equipo de análisis e investigaciones de la campaña Petro Presidente” y es para tomarla seriamente dados los extensos antecedentes de asesinatos en el país y de las amenazas de muerte hacia el candidato y a su vice, la ambientalista Francia Márquez. Las últimas encuestas muestran que  Gustavo Petro continúa liderando intención de voto en Colombia  con el 36,4 % y Gutiérrez con el 30,6 % de aceptación.

Pero lo más destacado en materia de elecciones en la región es el lanzamiento de la precandidatura de Luiz Ignacio Lula Da Silva en San Pablo, en un frente del PT con el PSOL, el PCdoB y la sumatoria de Geraldo Alckmin del PSB. Lula impulsa un gran frente en defensa de la democracia frente al perfil autoritario de Bolsonaro, planteando como eje central un modelo económico redistributivo que permita recuperar el ingreso de los sectores populares perjudicados desde el golpe institucional a Dilma Rouseff por Michel Temer. Las encuestas continúan marcando la superioridad de Lula con el 41 y el 45% de los votos, superando a Bolsonaro entre 8 y 15 puntos. Sin embargo, la situación no está saldada ya que el actual presidente viene remontando en porcentaje al calor de la polarización con su discurso reaccionario y anti institucionalista, y del paso al costado del también ex juez derechista Sergio Moro. Esta semana además, Lula fue entrevistado por la revista Times en una extensa nota de tapa, que le proporcionó visibilidad como estadista internacional. En la misma, el expresidente culpó a las sanciones impuestas a Rusia de la inflación global, a Estados Unidos y la Unión Europea por el acercamiento a Ucrania para su incorporación a la OTAN que el gobierno de Moscú rechazaba por constituir una amenaza a su seguridad. En este sentido, Lula afirma que las instituciones de gobernanza global del sistema de Naciones Unidas debe ser reformulada porque los gobiernos no las toman en serio, reafirmando una política más realista de equilibrio de poderes por sobre el marco institucional formal.

Finalmente, en Argentina, la clase magistral dictada por Cristina Fernández de Kirchner al recibir el honoris causa de la Universidad Nacional de Chaco Austral demostró que en la política internacional, los actores se posicionan a través de sus intereses concretos y no así bajo afinidades ideológicas o valorativas. Como ejemplo, la Presidenta del Senado explicó que las mayores inversiones de capital de las últimas décadas se radicaron en China, un país Comunista, remarcando que el capitalismo va a dónde le conviene y que  “se ha independizado de la ideología”.

En ese aspecto CFK reafirmó que la política “no es un problema de buenos y malos, es un problema de intereses”, y que falta de respuesta, por parte de los estados nacionales, a las distintas demandas de las sociedades frente a la desigualdad social, el neoliberalismo y la pandemia ha provocado la insatisfacción democrática. Cuando esto ocurre, la sociedad cuestiona al Estado en sus tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pero ocurre que este último es el que nadie elige y el que no rinde cuentas a la ciudadanía. Así, en Argentina, una Corte de cuatro personas decide sobre la vida, la libertad y el patrimonio de todos bajo presión o complicidad del  poder concentrado, económico y mediático que no está institucionalizado formalmente.

Así, la problemática en Argentina pasa más por resolver la disputa política y de intereses que permitan redistribuir el crecimiento económico en favor de una mayor justicia social “alineando el precios de los alimentos, tarifas, servicios, salarios, jubilaciones porque sino se lo van a quedar cuatro vivos”-remató CFK.