Fórmula casi definida: Lula y Alckmin. El objetivo es evitar una segunda vuelta

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Por Rogério Tomaz Jr.*

Desde junio de 2021, las encuestas revelan la posibilidad real de la victoria de Lula ya en la primera vuelta de las elecciones presidenciales que se realizarán en Brasil el 2 de octubre. Para el candidato del PT y los principales dirigentes del partido, este escenario es el ideal para empezar a frenar y revertir de manera efectiva el proyecto neoliberal que se aplica en Brasil desde el golpe contra la presidenta Dilma Rousseff en 2016.

En busca de consolidar esa apuesta y evitar una segunda vuelta, para quitar cualquier riesgo que permita la ocurrencia de los hechos “imponderables e impredecibles” de la política, Lula quiere formar una fórmula “invencible” y el nombre que considera más adecuado para ello es Geraldo Alckmin. Además, en un solo movimiento, Lula puede garantizar su victoria y poner a Haddad en excelentes condiciones para ganar la disputa por el gobierno de São Paulo. El viernes pasado (11), Fernando Haddad organizó una cena en su casa para recibir a Lula y Alckmin y avanzar en la conversación. La intención es anunciar la fórmula en marzo, según Folha de São Paulo.

Quien es Alckmin

Médico, profesor universitario, concejal y alcalde de su ciudad, la pequeña Pindamonhangaba, diputado provincial, diputado federal junto a Lula en la Asamblea Nacional Constituyente de 1987-1988, Alckmin es más conocido por su paso como gobernador del estado de São Paulo durante 13 años, en dos periodos (2001-2006 y 2011-2018), ambos por el PSDB.

Fundador del PSDB en 1988, Alckmin confirmó en diciembre que dejaba el partido en lo cual militó por 33 años. En 2006, fue derrotado por Lula en la elección presidencial, en una disputa que pasó a la segunda vuelta, pero que terminó con una victoria por amplio margen del entonces presidente, que fue reelegido. En 2018 volvió a postularse para el Palacio del Planalto y la mayoría de los analistas políticos creían que pasaría a la segunda vuelta contra Fernando Haddad. Al final, obtuvo menos de 5% de los votos, quedando atrás incluso de Ciro Gomes (PDT).

João Dória tomó por asalto al PSDB en 2018 y se abrazó a la extrema derecha. Apoyó a Jair Bolsonaro y formó con él la alianza “BolsoDória”, que le dio el impulso definitivo para ganar las elecciones para gobernar el estado más rico del país. Alckmin fue apartado de la mesa chica del partido y pasó a dar clases de Medicina en una universidad privada, aislado de los procesos políticos.

Resistencia interna

En algunas fuerzas internas del PT, con posiciones más a la izquierda, las críticas a la elección de Alckmin para compañero de fórmula son duras. El exgobernador es recordado, en sectores del partido más vinculados a los movimientos sociales, por diversos actos de represión a las luchas sociales y por la política de seguridad pública que viola sistemáticamente los derechos humanos, especialmente a través del accionar policial.

Aun así, Lula parece decidido a construir esta fórmula y la pregunta que se discute ahora es: a qué partido debe unirse Alckmin para formar la alianza. Las opciones son muchas y van desde el Partido Socialdemócrata (PSD) de Gilberto Kassab hasta el pequeño Partido Verde, vinculado a temas ambientales. El Partido Socialista Brasileño (PSB) también está sobre la mesa, sobre todo después de que el senador Humberto Costa (PT) retiró su candidatura a la gobernación de Pernambuco – quien encabeza todas las encuestas – para que los socialistas puedan seguir comandando el estado donde han sido hegemónicos durante décadas.

¿Haddad gobernador?

Si Alckmin volviera a postularse para gobernador de São Paulo, sería el favorito y los sondeos así lo demuestran. Sin él, Fernando Haddad es quien parte adelante en la carrera. Sería la mejor oportunidad de toda la historia para que el PT gane el gobierno del estado más fuerte del país. Lula lo sabe y ciertamente la invitación a Alckmin también se relaciona con este escenario.

Otro hecho positivo de esta estrategia es elegir una bancada más grande de diputados federales en São Paulo, que tiene 70 escaños en la Cámara. El PT, que ya tuvo 18 diputados en el estado, hoy tiene solo 8. Para sostener un eventual gobierno de Lula, se necesitarán muchos más, tanto en São Paulo como en otros estados.

La izquierda y centroizquierda – PT, PSB, PDT, PSol, PCdoB, PV y Rede – tienen 138 escaños en la Cámara, lo que representa apenas el 26,9% de esta casa legislativa. Desde la redemocratización en 1985, el mejor resultado en las elecciones al Congreso fue en 2010, cuando el bloque progresista alcanzó el 32% del total de representantes en la Cámara. En otras palabras, una tarea difícil. Empezar por aumentar la representación en São Paulo es fundamental. Lula también lo sabe.

*Periodista brasileño, residente en Argentina, cursando la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza. Trabajó durante 11 años en la Cámara de Diputados de Brasil. Twitter: @rogeriotomazjr