Por Federico Montero y Pablo Macia
Diversos informes internacionales dieron cuenta durante esta semana de la problemática inflacionaria en los países centrales, en especial a partir del récord alcanzado por la tasa de inflación de la eurozona, que se disparó a 7,5 % interanual en marzo, constituyendo el dato más alto de la serie histórica que realiza la oficina estadística Eurostat desde 1997. Los aumentos de precios se deben fundamentalmente a los efectos de la guerra en Ucrania que generó una suba interanual del 7,8% en alimentos frescos y del 44,7% del precio de la energía.
Pero la inflación no es un mero problema monetario a resolver per se, sino a partir de la desigualdad y de la pérdida del poder adquisitivo que genera, afectando la calidad de vida de los pueblos. Por ello, las matrices políticas de dicha inflación están atadas al control de los recursos estratégicos, tal como lo expresó la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el acto en conmemoración por los 40 años de la guerra de Malvinas, al afirmar que los alimentos y la energía se han convertido en un virtual botín de guerra en esta etapa geopolítica mundial. Así, el reacomodamiento de precios de los alimentos y la energía revelan la estrategia del poder atlantista, que lejos de abonar al mito de una libre globalización ordenada que asigna eficazmente los bienes y servicios, se asegura el control militar del suministro de los recursos básicos que organizan la producción y la soberanía alimentaria. Para los países dependientes como los del sur global es fundamental adoptar esta concepción geopolítica que permita organizar la defensa de sus recursos naturales para garantizar la soberanía económica y alimentaria de sus respectivos pueblos.
La pandemia y la guerra de Ucrania con las correspondientes sanciones económicas del G7 y los Aliados de la OTAN a la Federación Rusa, anuncian una nueva etapa de repliegue de la globalización, generando una tendencia a la reconcentración de la producción de bienes estratégicos que permitan evitar la ruptura de las cadenas de suministros o los desequilibrios en los precios relativos ante eventualidades ambientales o políticas como las experimentadas recientemente. Así, diversos analistas plantean un nuevo escenario multipolar con al menos dos centros de articulación. Por un lado, la coalición atlántica con Estados Unidos y Europa como centro y aliados en el pacífico como Japón y Australia. Por el otro, el liderazgo de China en Asia-Pacífico y su estrategia de articulación comercial con la Franja y la Ruta, junto a Rusia en Eurasia y otras potencias emergentes como las del BRICS, Turquía e Irán, entre otras. En ese contexto se comienzan a vislumbran nuevas alianzas y circuitos comerciales que ponen en juego la hegemonía del dólar como moneda exclusiva de intercambio mundial.
En el marco de esas tensiones, China prohibió la entrada a altos funcionarios de EEUU en respuesta a una medida similar de Washington, que implementó Joe Biden en represalia al trato que el país asiático le brinda a las minorías étnicas musulmanas en la región de Xinjiang. Así Estados Unidos continúa diferenciándose de China con el argumento del respeto a los derechos humanos, sumado al ataque por la no adhesión a las sanciones comerciales a Rusia. Mientras tanto, China continúa señalando a Estados Unidos como responsable del conflicto en Ucrania debido a la amenaza que implicó a Rusia la avanzada de la OTAN hacia el este. Así, este viernes pasado, en la cumbre de China y la Unión Europea, el país asiático evitó posicionarse en el conflicto en Ucrania y afirmó “perseguir una política internacional independiente y de paz”. Por último, China se opone a expulsar a Rusia del G20 en represalia por la guerra en Ucrania, ya que considera que implicaría “politizar” el grupo que reúne a los países más industrializados del mundo.
En cuanto a los escenarios de combate en la guerra de Ucrania, la novedad en la semana es el redespliegue de las fuerzas rusas realizando una ‘rápida retirada’ del norte del país hacia el sur y el este para fortalecer la zona del Donbass y las zonas costeras del mar de Azov y la península de Crimea. También se estableció un nuevo corredor humanitario para la evacuación de la ciudad sitiada de Mariupol, la más asediada por las tropas rusas. En cuanto a las negociaciones de paz, Ucrania presentó una propuesta que incluye el renunciamiento del país a ingresar a la OTAN y el repliegue de Rusia de Chernobil y las ciudades del norte del país son una señal de confianza para continuar la negociación. Sin embargo, hay certezas sobre la evolución de la negociación en varios puntos referidos a la situación de las zona rusohablantes y las repúblicas separatistas.
Por otro lado, en Europa se iniciará la última semana de la campaña en Francia para las elecciones presidenciales del 10 de abril, que lo tiene al presidente Emmanuel Macrón como el favorito en las encuestas, aunque teme que el exceso de confianza en su victoria opaque el resultado. El actual presidente intenta diluir las críticas recibidas a causa de los pagos del gobierno a la consultora estadounidense McKinsey, que implican una polémica convivencia del gobierno con el sector empresarial. El presupuesto en consultorías externas del gobierno Francés subió de 379,1 millones de euros en 2018 a 893,9 millones en 2021. De todas formas, no existe un clima de mayor entusiasmo político en la elección y la izquierda francesa se encuentra en una crisis profunda donde apenas reúnen entre todos el 30% de la intención de votos. Así, el Partido Socialista, que históricamente llegaba automáticamente al balotaje de la elección, ahora capta alrededor del 2% de los votos, según los sondeos actuales. De esta forma, la posibilidad más firme para entrar al ballotage es para la candidata de extrema derecha Marine Le Pen y en tercer lugar, con menos posibilidades, el dirigente de izquierda Jean-Luc Mélenchon.
En cuanto a América Latina, el domingo 3 de Abril se realizarán las elecciones presidenciales de segunda vuelta en Costa Rica, en un clima de descontento social con un alto porcentaje de indecisos entre los dos candidatos presidenciales, el economista y funcionario del Banco Mundial Rodrigo Chaves y el exmandatario por el tradicional Partido Liberación Nacional, José María Figueres (1994-1998). El país que históricamente contaba con los mejores índices de desarrollo de centro américa aumentó su pobreza a casi un 25%, con un desempleo que pasó del 6 al 14% en las últimas 2 décadas y una deuda externa del 70,3% del PBI, basada en un préstamo del FMI que requiere de una serie de medidas de ajuste y reformas tributarias resistidas por la población.
Además, el lunes pasado en Perú, el Congreso votó en contra de la destitución de Pedro Castillo en el segundo intento fallido de vacancia presidencial que impulsa la oposición en el cuerpo, con 55 votos a favor, 54 en contra y 19 abstenciones. De esta manera, a oposición a Castillo no alcanzó los 87 votos necesarios para la moción de vacancia, un recurso establecido en el artículo 113 de la Constitución frente a la “incapacidad moral o física permanente” del Presidente, que queda atada a la interpretación política del congreso. En cuanto a la oposición fujimorista en el país, sufrió un nuevo revés por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ordenó abstenerse de ejecutar la liberación de expresidente Alberto Fujimori, hasta que se resuelva la solicitud de las medidas provisionales. El ex presidente continuará cumpliendo provisoriamente su sentencia a 25 años por delitos de lesa humanidad.
En Colombia, los candidatos Federico Gutiérrez y Gustavo Petro se disputan a los liberales para las presidenciales del 29 de mayo, ya que su partido no presentó candidatos pero obtuvo una buena elección legislativa. Las dos coaliciones (Pacto Histórico de Petro, y Equipo por Colombia de Gutiérrez) han desarrollado reuniones bilaterales con referentes de los Liberales pero sin anuncios de acuerdos al momento. Pero esta semana Petro sumó el respaldo de Fuerza Ciudadana, un sello de centroizquierda que en las legislativas del 13 de marzo sacó 430 mil votos, aumentando la delantera hasta el momento en la intención de votos en las elecciones.
Por su parte, en Brasil se desarrolló el encuentro del espacio iberoamericano progresista “Grupo de Puebla” que ante unos 10 mil jóvenes cerró Lula llamando a la integración regional y a parar la guerra en Ucrania. Así, el candidato favorito en las encuestas para las elecciones presidenciales del país, se posicionó como un posible interlocutor global de la mayor economía latinoamericana. Lula clausuró el encuentro sobre democracia e igualdad analizando la coyuntura política desplegada luego de la pandemia y la guerra en Ucrania, cuestionando la invasión rusa de la misma forma que lo hiciera con Estados Unidos en Irak. También defendió el comercio con China, que desde 2009 desplazó a Estados Unidos como principal socio, y criticó a las “élites brasileñas” por menospreciar las relaciones entre los países latinoamericanos. Además, en materia interna, fustigó a Bolsonaro por sus intentos de privatizaciones de empresas públicas afirmando que “como no sabe gestionarlas las quiere vender”.
Por último, en Argentina el Presidente Alberto Fernández mantuvo una videoconferencia con el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, para reactivar el diálogo birregional entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea, además de la relación bilateral argentina con el bloque de la UE y la situación en Ucrania. La Unión Europea en su conjunto ocupa el segundo puesto como destino de las exportaciones argentinas, el tercero como origen de las importaciones, y es el primer inversor extranjero directo en el país. Además el comercio bilateral alcanzó el año pasado a 19.171,4 millones de dólares, un 7,31% más que en 2019, previo a la pandemia.
Pero lo más destacado de la semana fueron las diversas actividades en todo el territorio nacional en conmemoración de los 40 años de la guerra de Malvinas, iniciada el 2 de Abril de 1982. El Presidente Alberto Fernández encabezó el acto oficial por Malvinas exigiendo al Reino Unido que abandone la “injustificada presencia militar” en las islas. El acto en el que participaron los expresidentes expresidente Evo Morales (Bolivia), Fernando Lugo (Paraguay) y José Mugica (Uruguay) dio un marco Latinoamericano al reclamo por la soberanía de las islas Malvinas y la exigencia para que el Reino Unido “cumpla con la Resolución 2065 de la ONU, que desde 1965 recomienda a ambas partes sentarse a negociar la cuestión”. El reconocimiento a excombatientes y el despliegue acciones conmemorativas durante todo el año 2022 son algunas de las líneas de acción a seguir para profundizar el reclamo popular de la Soberanía argentina de las Islas Malvinas y la retirada las fuerzas coloniales británicas.