La inflación tiene que ver con el amor

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Por Ignacio Politzer

Hubo un tiempo, inicios del gobierno de Néstor Kirchner, en donde se comenzaba a reivindicar la lucha de las madres y las abuelas de plaza de mayo, se volvía hablar de Malvinas desde una posición soberana, se producía el acercamiento a los países de América Latina y se continuaba el crecimiento económico que se había iniciado durante el interinato de Duhalde. Ese proceso político y social venía de los 90, y había tenido a la CTA como uno de los movimientos más ricos en cuanto a su organización y a su expresión cultural. También había estado el MTA, pero no traspasaba las demandas económicas y no tenía la misma conexión con otros sectores sociales, como si la tenía la CTA. En esos momentos no lo sabíamos pero se estaba construyendo una cultura, una forma de mirar el mundo que hasta ese rato había sido marginal en la política argentina.

Empecemos con las madres y abuelas. En democracia el primer presidente que las recibió fue Adolfo Rodriguez Saa, había una desconexión muy grande entre las madres y el peronismo. Esa disputa venía porque se las ponía en el lugar de las madres de quienes habían intentado disputar el peronismo, o el liderazgo de Perón mismo. Quienes habían sido protagonistas del sindicalismo durante la dictadura no lograban saltar esas diferencias para acompañar en el dolor que había producido la dictadura. Entonces a fuerza de persistencia y continua presencia y con la crisis del neoliberalismo las madres se transforman en un faro, en una línea de continuidad que había logrado traspasar épocas. Y Néstor lee esa situación y se ubica como hijo de esas madres y abuelas. Se parió un tiempo nuevo. La gran pregunta de la historia es como se hacen las transformaciones sociales y culturales y como se aguanta a la reacción que generan estos cambios en un país como el nuestro. Bajando un cuadro se decía que se formaba a miles. Rápidamente los sectores que eran cuestionados por el alumbramiento de las madres se comenzaron a juntar, inicialmente en torno de la oposición a los juicios a los responsables de la matanza de la dictadura y generaron algunas voces como la Pando u otras, mientras el bloque del peronismo se fragmentaba y Duhalde (que había elegido a Néstor como candidato) decía que había que hacer una argentina para los que les gusta Videla y para los que no. Sus espadas mediáticas buscaban instalar el hartazgo sobre «hablar de los 70». Inicialmente era una posición muy minoritaria, pero como enseñó Laclau, iban a ir juntando demandas. La instauración del día de la memoria llevó hasta a un gobierno aliado a quienes habían sido el brazo político y económico de la dictadura como el de la CABA con Macri tuvo que aceptar hacer un espacio recordatorio en la Costanera norte, pero siempre atravesados por los conceptos de guerra sucia, dos demonios, etc. La teoría de los dos demonios había resuelto culturalmente las aberraciones de la dictadura en los 80 y los 90, dejaban en la marginalidad a las madres y ofrecían algo de culpa a cada sector mientras Alfonsín terminaba de negociar que solo los cabecillas fueran presos y Menem luego indultara a Videla y a los dirigentes guerrilleros presos. Esa idea había impregnado la forma de atravesar lo que había ocurrido. En las mesas de los sectores medios de argentina no se hablaba del asunto y podía llegar a haber algún defensor del robo de bebés porque les estaban dando la posibilidad de una vida cuando sus padres militantes estaban muertos. Todo muy práctico parecía. Pero el peronismo kirchnerista vino a poner lo marginal en el centro y eso iba a traer muchos cambios. El día de la memoria, la verdad y la justicia como feriado impuesto por el estado, era trabajado por algunas escuelas en donde había un interés específico, pero se vivía como una imposición respecto del análisis de lo que habían sido los años 70 en la Argentina. Se abría el debate pero el feriado estaba instalado, y la ESMA se recuperaba y era entregada a los organismos de DDHH, que nunca se habían preparado para administrar edificios públicos. Se instalaba la idea de que el país económico (los grandes grupos de poder) era un resultado de la dictadura y que también tenia que cambiar. La reacción pese a comenzar en quienes habían vivido la dictadura y la defendían desde posiciones más extremas fue llegando a la juventud que comenzaba a asociar la imposición de una fecha para recordar con las denuncias que comenzaban a aparecer en torno a estos movimientos, la más importante fue la que se hizo contra el no pago a los trabajadores de sueños compartidos por Schoklender quien administraba la fundación en 2013. La crisis económico-política derivada de la defensa del sistema agroexportador iniciada en 2008 comenzó a unir a estos sectores que entendían que el único camino para nuestro país era exportar lo que producimos por la división del trabajo mundial y entender que todo lo demás era despilfarro del estado. La gran transformación surgida por la aparición de las redes sociales, permitió que estos mensajes antes marginales se difundieran como nunca antes se había visto. Biondini que era un personaje de un antisemitismo conocido y siempre marginal, podía juntarse con otros grupos que empezaban a crecer a través de las redes y ver que ese pensamiento podía calar de otra manera. Esta situación que ocurrió en el mundo occidental en general, con la fuerte crisis del neoliberalismo como visión de mundo y sus fuerzas reactivas que volvieron a traer prácticas que se habían visto durante otras épocas donde la crisis se endilgaba a los políticos y las soluciones pasaban por quienes venían de afuera de la política. El sueño de Mariano Grondona en un programa de televisión en el 2001, un gobierno de técnicos (de CEOS). Incluso se había barajado que tomara el gobierno en esa época un equipo del FMI.

Esos grupos lograron unir diferentes demandas y en nuestro país estuvieron atravesadas por la oposición a los organismos de DDHH, por la oposición a la emergencia de los feminismos con la demanda más visible que fue la lucha por el aborto libre y seguro, por la oposición a la ESI y en defensa del libre mercado financiero a partir de la restricción a la compra de divisas. Ese combo de gente que se autodenomina libertarios, está en contra del aborto, a favor de la liberación del dólar, en contra del lenguaje inclusivo y de cualquier inclusión de sectores marginalizados, y se puede unir con el pensamiento conservador, como hicieron en Estados Unidos o Europa para volver a poner a la Argentina en el lugar que ese mundo le había definido. Pero a diferencia de Trump acá no se defiende una industria en extinción, sino de volver a ser ese sueño de país agroexportador en donde quien no pueda vivir tiene que asumir que ha andado mal de méritos y correrse para darle el lugar a los exitosos. Hay en el fondo una idea de nostalgia de un país que les dijeron que fue exitoso, y que se habría corrompido con la justicia social.

El individualismo como salvación social del país, es lo que vuelve a emerger de toda esta reacción a políticas valientes, pero no estructurales que se fueron desarrollando en el país desde 2003 hacia acá. La suba de los precios de la economía que sigue siendo puja distributiva añade el caldo en donde se dan estas disputas por el sentido de una nación. Cristina quería ser recordada como la presidenta que trabajó para que reine en el pueblo el amor y la igualdad, la solidaridad y el registro del otro. Esa fue la idea que se buscó destruir durante el macrismo y hoy con la emergencia de nuevos protagonistas que vienen a expresarnos que cada uno se salva solo, que no hay comunidad, que solo hay individuos que luchan por el éxito y que quienes hacen otra cosa en realidad mienten para enriquecerse. Para confrontar esa visión hay que trabajar y militar mucho con la idea de que la patria realmente es el otro, de que si la comunidad no se realiza nadie lo va a poder hacer, aunque haya espejismos. Por eso urge la necesidad de generar discusiones que presenten este trasfondo filosófico a lo que nos está pasando. El desánimo hay que entenderlo en esta clave también. Que la inflación tiene que ver con el amor.