La soberanía integral en peligro

Share

por Mario Volpe¹

Lamentablemente estamos a punto de perder una gran oportunidad, romper una de las barreras más importantes que nos han impuesto, a través de nuestra historia de país semicolonial.

La Cuenca del Plata es un emergente visible de una dominación silenciada, donde las corporaciones transnacionales reemplazan a los estados y se llevan gran parte del esfuerzo de nuestro pueblo. Un río Paraná, que ya no es nuestro, por donde sale en barcazas, con banderas de otros países, el 50 % o más de la proteína vegetal del mundo.

El imperialismo, por medio de las transnacionales y la oligarquía terrateniente, nos han despojado de la soberanía sobre el Paraná: de 21 terminales portuarias, 16 están en manos extranjeras, a causa de otra de las herencias entreguistas de la nefasta dictadura cívico militar, cuando la ley 22.108/79 permitió la instalación de puertos privados controlados por empresas extranjeras. Luciano Orellano, en su libro “Argentina sangra por las barrancas del Paraná”, estima una facturación del complejo agroexportador de 28.000 millones de dólares. La Marina Mercante Argentina a su vez, que supo ser una de las más grandes del mundo, fue desguazada y entregada en los ’90: a manos del neoliberalismo menemista y de su mentor, Domingo Cavallo, perdemos 7.000 millones de dólares en concepto de Fletes Marítimos. La intención de esta nota es ir llamando la atención de lo que esta pasando con el Paraná y de cómo lograron ocultarlo.

El 30 de abril se vence la concesión de lo que se llama “red troncal del Paraná”, donde vamos a decidir después de 25 años de aquel neoliberalismo salvaje, si continuamos con la dependencia o nos liberamos, por primera vez desde 1810, de las distintas formas de dominación imperial impuesta en su momento por Gran Bretaña con la aduana de Montevideo. Desde la venta de todas las empresas estatales que se fueron al sector privado, éstas le pagaron al estado argentino 15.000 millones de dólares y en cambio facturaron 3 billones de dólares, por lo que el aporte al estado fue mínimo comparado con lo que recaudaron.

Si se estatizan los puertos, si se controla la evasión multimillonaria en granos, si también se controla el narcotráfico, si se draga el canal Magdalena, después de años de dependencia, volveríamos a tener una salida al mar que hoy no tenemos. Recuperar la independencia sobre el Paraná y hacer el canal Magdalena cambiaría sustancialmente el desarrollo hacia los puertos patagónicos, abaratando los costos de transporte recuperando el ferrocarril, y les daría actividad a los astilleros nacionales y en poco tiempo seríamos capaces de salir de la crisis económica. Por el puerto de Montevideo se va tambien parte de nuestra riqueza ictícola, ya que Uruguay exporta más pescado del que pesca, al igual que Paraguay exporta más soja de la que produce. Finalmente, hay mucho más por decir, pero esta cuenca del Plata que está entre las cuatro o cinco más grandes del mundo, más de 3 millones de km2 integrando la región, está sobre un “mar dulce”, el acuífero Guaraní, el cuarto acuífero del Mundo, pero el de mayor reposición. En 1997 Ismael Serageldin, ex vicepresidente del banco Mundial manifestó, “Así como el siglo XX es el siglo de las guerras por el petróleo, las guerras del siglo XXI serán por el agua”. Existen 264 cuencas internacionales 145 países tienen territorios en cuencas compartidas. Desde 1953 a 2003, el mundo asistió a 1831 conflictos por el agua, 1228 fueron resueltos a través de tratados sobre repartos de agua, pero 37 fueron conflictos violentos y 21 fueron realmente guerras por el agua. Hoy el agua cotiza en la bolsa y se compra y vende en el mercado de futuros. (Bruzzone, 2008)

Liberando nuestra salida al mar y estatizando los puertos tal vez tengamos una nueva Potosí, pero, a nuestro favor. El litio representa una oportunidad, ya que el Reino Unido ha decidido que al 2030 los autos sean todos eléctricos. Sin embargo, los avances científicos son tan rápidos que el litio podría tener una vigencia de aproximadamente 35 años antes de ser reemplazado por el mineral Grafeno.

¿Por qué relacionamos esta cuenca con Malvinas y Antártida? porque debemos tener un plan de ocupación concreta de la Patagonia, los espacios vacíos son un riesgo hacia el futuro, así como la extranjerización de la tierra también los es.

Hoy, con la ampliación de la plataforma continental a 350 millas, tenemos derecho de explotación del suelo y subsuelo marino, donde encontramos gas y petróleo.

La presencia china en la Antártida, con su necesidad de alimentar a 1400 millones de habitantes (necesita de la proteína animal) y su flota pesquera calculada en miles de barcos desparramados por el mundo, son ahora acompañadas por destructores de la armada china.

Es por eso que no sorprende la presencia del jefe del comando sur Almirante Craig Faller en la región, quien fue recibido en Buenos Aires por el ministro de Defensa Agustín Rossi y, sin muchas explicaciones, visitará Ushuaia, donde lo recibirá el Intendente de la Ciudad. Es de destacar la protesta del gobernador por la presencia de un submarino nuclear, el frustrado envío de una patrullera de la guardia costera de EEUU, para ayudar a controlar la flota de barcos chinos que ahora vienen custodiados por naves de guerra.

En silencio, EEUU y la OTAN van sumando aliados Extra – OTAN, (como Colombia y Brasil), estatus que Argentina ostenta sin interrupciones desde 1997. Terminar con los tratados de Madrid, con el Acuerdo Foradori-Duncan , con los acuerdos no tan secretos que el Foreign Office ha hecho públicos y por los cuales la Argentina no concurre a la Asamblea General y se conforma con ir al comité de descolonización por Malvinas, nos llevaría a recuperar esta enorme cuenca marítima bicontinental, donde se unen los océanos Pacífico y Atlántico y se conectan vía la cuenca del Plata con el norte argentino, integrando por vía fluvial desde el Bermejo a la Antártida. Pongamos en valor lo que nos estamos jugando y convoquemos junto a otras agrupaciones  a un referéndum popular vinculante, para que el pueblo sea quien tome la determinación de comenzar a ser libres y recuperar en paz, pero con justicia, los enormes territorios usurpados por Gran Bretaña en el Atlántico sur. Las últimas declaraciones de Boris Johnson, poniendo a la Argentina como país amenazante para la integridad de los isleños, su interés en la Antártida , su inversión en los llamados “Territorios de Ultramar”, que no son otra cosa que un cambio de denominación de las viejas colonias, está forzando la hipótesis de conflicto incluso en el Atlántico sur, su alianza con EEUU y, sobre todo, el requerimiento para poner en marcha el complejo industrial Militar Británico y las transnacionales que necesitan producir armas, en lo que se conoce como la privatización de la defensa, haciendo que muchos de los conflictos sean llevados a cabo por empresas privadas y no por los estados.

En este mundo en crisis, con la pandemia del COVID-19, la crisis climática, la disputa por los recursos naturales entre las grandes potencias, nos presentan un panorama externo muy difícil: por eso es fundamental que el 30 de abril digamos no a la renovación de la concesión de los puertos. Recuperemos el Paraná , tengamos salida al mar, seamos libres, por el bienestar de nuestro pueblo. Y como siempre decimos, nuestro destino es la patria grande y la manera de volver a Malvinas, de la mano de América latina. Ellos, nuestros compañeros caídos en Malvinas, lo están esperando, honremos su memoria.


¹ Excombatiente de Malvinas, Cecim La plata. Vicedirector del Instituto Malvinas de la UNLP. Investigador del Museo Malvinas e islas del Atlántico Sur.