Por Ariadna Dacil Lanza
En dos meses y un puñado de días casi 150 millones de brasileños tendrán que asistir a las urnas para elegir a su próximo Presidente y esta semana se terminaron de definir las tres principales candidaturas, mientras que las encuestas siguen anticipando un escenario de balotaje en el que el expresidente Luis Inacio “Lula” da Silva se mantiene como favorito.
Ciro Gomes, exaliado de Lula, ofició de mascarón de proa en esta temporada de lanzamiento (o confirmaciones) de candidaturas y lanzó el miércoles pasado su postulación a las presidenciales del 2 octubre por el Partido Democrático Trabalhista (PDT). Si bien por el momento, no tiene un compañero de fórmula y tampoco cuenta con una alianza o apoyo de otros partidos, sigue ubicado en un tercer lugar en intención de votos según las últimas encuestas.
De todos modos, los sondeos prevén una escenario similar al de 2018 cuando Gomes logró subirse al podio pero mantuvo una amplia distancia respecto a las dos primeras posiciones. Su relevancia radica en el desvío de votos que puede significar en primera vuelta y la posición que adopte frente a un balotaje en el que el presidente Jair Bolsonaro se juega la reelección y Lula su regreso triunfal luego del exilio político.
Gomes esboza una narrativa igualadora de sus dos rivales y sostiene que “pese a todas sus diferencias, ellos son muy parecidos”, a pesar de haber sido ministro de Integración Nacional de Lula. “Yo busco ser completamente diferente, quiero unir al país en torno a un nuevo proyecto y no en torno a mi personalidad”, aseguró el exalcalde de Fortaleza y exgobernador de Ceará.
En el último sondeo de Datafolha, correspondiente al mes de junio, el exdiputado figuraba totalmente relegado, fuera de la mira de los reflectores, ya que apenas se asoma a un 8% de la intención de votos, menos que en 2018 cuando alcanzó las dos cifras: casi el 13% de los votos. En aquella ocasión, el trago fue doblemente amargo para sus votantes ya que no solo no disputó el balotaje sino que salió de Brasil sin pronunciarse sobre la encrucijada electoral.
Al anuncio de Gomes lo secundó Lula el jueves, como mencionó Rogerio Tomas Jr. en el último Conexión Brasil, quien luego de obtener la anulación de las causas en su contra por parte del Superior Tribunal de Justicia (STJ) pudo volver a competir. “No necesitaba volver a ser presidente. Podría mantener mi título como el mejor presidente de la historia e ir a vivir los últimos años de mi vida en paz. Pero vi este país destruido (…) Así que decidí volver”, explicó el líder del Partido de los Trabajadores (PT) en Twitter.
Así, la idea de recuperar el país de las garras de Bolsonaro para recuperar calidad de vida para los brasileños es enunciada no desde un tono revanchista sino apelando a la reedición de “Lulinha paz e amor”.
Además de formalizar el tándem Lula – Geraldo Alckmin, la semana pasada el PT comunicó que la plataforma política de la coalición “Vamos juntos por Brasil” (que contiene a la federación de partidos “Brasil de la Esperanza” -formada por PT, PCdoB y Partido Verde- adedmás de dos partidos aliados, PSB y PSol) recibió “más de 13.000 propuestas de ciudadanos comunes, movimientos sociales, colectivos de diferentes orígenes, sindicatos y otras entidades, un promedio de 500 por día”. La idea de una plataforma política participativa fue lanzada en junio pasado y busca recoger contribuciones de toda la sociedad para llegar al programa final de gobierno.
Lula sigue su gira por el interior de Brasil mientras las encuestas mantienen una tendencia constante como favorito desde que se perfiló como candidato.
Foto: Ricardo Stuckert
En tanto, Bolsonaro lanzó ayer -faltando 70 días para la votación- su candidatura en un mini estadio de Río de Janeiro, en el marco de la convención del Partido Liberal (PL) espacio hace menos de un año decidió prestar su sello para que el Presidente -que se había quedado sin partido- pueda participar de la elección.
El compañero de fórmula, como había anticipado Bolsonaro, será el general del Ejército Walter Braga Netto quien siempre supo mantenerse cerca del titular del Planalto y ocupó diversos cargos, entre ellos el de ministro de Defensa así como el puesto máximo en la Casa Civil.
Bolsonaro entró de la mano de su esposa Michelle y con lágrimas en los ojos al estadio Maracanazinho donde habló durante casi una hora y media. Antes de su intervención hubo una oración a cargo del diputado y pastor Marco Feliciano -incluso antes que el himno- y unas palabras a cargo de la primera dama.
A su turno, Bolsonaro no se alejó de su discurso clásico con referencias a Dios, la familia y alusiones castrenses así como también su defensa del achicamiento y no intervención estatal. Prometió, dirigiéndose al público, “sacar el Estado de encima de ustedes” ya que
“Estado fuerte, pueblo débil. Gente fuerte, Estado fuerte”. Sobre la pandemia reivindicó su posición en contra del confinamiento al punto que aseguró que con la cuarentena dispuesta por algunos gobiernos locales “sentimos en la piel lo que es una dictadura”.
Tampoco dejó de lado su crítica a los demás poderes, especialmente al Judicial. En cuanto al Superior Tribunal Federal dijo que son “11 sordos de capa negra” y también aludió indirectamente a ellos como sectores del poder que no son electos por el poder popular. Sin embargo, no se refirió a su ya clásico mensaje de desconfianza en torno a las urnas electrónicas, tema por el que la justicia electoral lo tiene en la mira por estos días.
Esta vez no criticó al Legislativo sino que se encargó de resaltar la función de su socio, el referente del Centrão y presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, Bolsonaro lo definió como un “enorme aliado nuestro” que “colaboró mucho con el gobierno”. También se mostró confiado en contar con el apoyo de la mayoría de los parlamentarios.
El excapitán del Ejército reivindicó su viaje a Rusia: “Conversé por tres horas con (el presidente ruso Vladimir) Putin, a dos metros y sin barbijo”. Según Bolsonaro el resultado fue que “dos meses después aportaron 26 barcos con fertilizantes” para el agronegocio.
Antes de terminar, convocó a movilizarse el 7 de septiembre, día en que los brasileños celebran su independencia. “Somos la mayoría, somos buenos, somos libres para luchar por nuestra patria. Los llamo a todos ahora, para que todos, el 7 de septiembre, salgan a la calle por última vez”, expresó.
Todos los candidatos tienen tiempo para oficializarse hasta el próximo 15 de agosto.