Mirada Multipolar |Armisticio en Libia ¿llega la paz?

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por Sebastián Tapia

El establecimiento de un alto al fuego en Libia podría llevar la paz al país norafricano por primera vez desde 2011. Ambas facciones (el Gobierno de Acuerdo Nacional libio con sede en Trípoli y el Parlamento de Tobruk) han logrado obtener diversos apoyos externos, pero justo antes que el conflicto crezca involucrando a más países de la región, se alcanza el cese de las hostilidades. El conflicto desde sus inicios se vio afectado por el papel de potencias externas, europeas y asiáticas, y es el cruce de intereses de estos actores externos el que lleva a los actores internos considerar una salida política.

El origen del conflicto

Libia fue durante muchos años el país más desarrollado del Magreb. La Revolución del 1° de Septiembre de 1969 abolió la monarquía del recientemente liberado Reino de Libia e instauró una república liderada por el coronel Muamar al Gadafi, en el contexto de un mundo bipolar y la avanzada de movimientos nacionalistas árabes. Años después, el proceso se radicalizó y en 1977, se convirtió en un original modelo de socialismo árabe, la Jamahiriya, el cual combinaba la distribución de las amplias ganancias de la venta del petróleo para mejorar las condiciones de vida del pueblo con una fuerte centralización del poder político. De la mano de Gadafi, el gobierno libio apoyó todo tipo de movimiento revolucionario y de liberación nacional en el mundo árabe.

Terminada la Guerra Fría, Gadafi supo adaptarse a las cambiantes condiciones geopolíticas y de correlación de fuerzas en la región, acercándose al islamismo y luego el ideal de unidad africana, buscando mantener un margen de autonomía tras el agotamiento del nacionalismo árabe. Las realistas críticas de Occidente por su manejo autoritario del gobierno tenían en su mira los ingentes recursos petroleros de Libia, como se comprobó a comienzos de los 2000, cuando supo acercarse a Europa reconociendo y arrepintiéndose del apoyo que había dado a algunos grupos terroristas y utilizando el Euro como moneda para el comercio del petróleo. Particularmente convincente resultó para Occidente la apertura de Gadafi al capital privado en las inversiones petroleras.

Pero en 2011, una vez iniciada la “primavera árabe”, tanto Estados Unidos como los países europeos aprovecharon la violenta represión a las manifestaciones de la oposición para remover a este viejo rival del poder. Se logró que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorice zonas de exclusión aérea, para evitar que la fuerza aérea libia ataque a los rebeldes o a la población civil. Los países europeos, como Gran Bretaña o Francia, utilizaron esta autorización para mantener la zona de exclusión aérea como una carta blanca para funcionar como fuerza aérea de los movimientos rebeldes y ayudarlos a derrocar al gobierno.

Una vez que Gadafi fue capturado y ejecutado en su ciudad natal de Sirte, el Consejo Nacional de Transición tomó las riendas del país y llamó a elecciones para conformar un gobierno provisorio por 18 meses que redactaría la constitución, el Congreso General Nacional de Libia (CGN). Este gobierno tampoco pudo tomar control efectivo de todo el territorio, debido al surgimiento de diferentes milicias tribales y el establecimiento del Estado Islámico, que ingresa al país aprovechando el caos.

Al finalizar el mandato del CGN en 2014, se llama a elecciones para formar el gobierno definitivo,  creándose la Cámara de Representantes de Libia (CRL). Sin embargo, algunos diputados de ideología islamista deciden no participar, especialmente tras el avance del ejército libio sobre milicias islamistas en Benghasi, y retomar el mandato del CGN creando el Gobierno del Acuerdo Nacional (GAN).

Desde entonces, el país se encuentra con un gobierno dual, el GAN con sede en Trípoli, al Oeste, y la Cámara de Representantes, en la ciudad de Tobruk, al Este. Esta última logró controlar más de 2/3 de la superficie del país a partir de los avances del Ejército Nacional Libio (ENL), liderado por el general Jalifa Haftar.

En abril de 2019 el ENL lanzó una ofensiva sobre la antigua capital del país, Trípoli. De haber tenido éxito, la reunificación del país bajo el gobierno de la Cámara de Representantes hubiera sido un hecho. Pero el GAN no sólo logró frenar  al ENL, sino que recuperó gran parte del terreno perdido, llegando casi hasta la ciudad de Sirte. ¿Cómo pudo lograr esto? Mediante ayuda que llegó del exterior.

La intervención turca

Ambos bandos lograron conformar una serie de apoyos externos que les permitió mantenerse en la contienda todos estos años. Los rumores dicen que Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Arabia Saudita y Jordania han apoyado al ENL principalmente con armamento, nada es seguro porque no hay un reconocimiento oficial. Rusia actúa oficialmente como mediador entre las partes, pero los mercenarios de la compañía rusa Wagner luchan del lado del ENL. Francia también colaboró con el ENL, incluso perdiendo un helicóptero con fuerzas especiales. Cabe destacar que gran parte del enfrentamiento contra el Estados Islámico en Libia lo llevó adelante el ENL, por lo que la colaboración con otros países que también lo combatían en otros lugares no es inesperado.

Por otro lado, el GAN cuenta con apoyo de Catar y de Turquía, este último es quizás el apoyo más importante hasta la fecha. Turquía comenzó el apoyo directo y abierto al GAN durante la ofensiva sobre Trípoli. Comenzó con el envío de drones en septiembre de 2019, que funcionaron como fuerza aérea del GAN. Luego, en enero de 2020, la Asamblea Nacional de Turquía aprobó la intervención militar en Libia.

La decisión de la Asamblea Nacional de Turquía llega tras haber firmado dos memorándum de cooperación en Noviembre de 2019 entre el ejecutivo turco y el libio (el GAN), uno de cooperación militar y otro de reconocimiento de las fronteras marítimas. Este último es fundamental para la política exterior turca, ya que extiende su zona económica exclusiva (ZEE) y le permite explorar yacimientos hidrocarburíferos en el mediterráneo oriental.

Este acuerdo marítimo fue inmediatamente rechazado por Grecia, que sostiene que no se apega a la Convención de Naciones Unidas sobre la Ley del Mar (UNCLOS) y recorta su propia ZEE. Incluso el gobierno griego expulsó al embajador libio y firmó un acuerdo con Egipto reconociendo sus límites marítimos, colisionando con las ZEE establecidas en el acuerdo turco-libio, que el gobierno de Turquía rechaza. La Cámara de Representantes de Libia tampoco reconoce los acuerdos turco-libios y los considera nulos.

La intervención militar turca le permitió al GAN obtener el control del espacio aéreo a partir del aporte de sistemas de misiles anti-aéreos, el uso de drones para atacar al ENL, inteligencia arérea sobre el campo de batalla y apoyo logístico marítimo. También se considera que Turquía facilitó el transporte de miles de militantes islámicos del norte de Siria a Libia, como parte integral de su política de expansión de influencia regional en Siria, Irak, Chipre y Libia.  Estos refuerzos le permitieron al GAN recuperar el control de aeropuerto de Trípoli y avanzar sobre el ENL hasta las puertas de la ciudad de Sirte, en el centro de la costa mediterránea.

 

El apoyo egipcio

El presidente egipcio, Abdulfatah al Sisi, simplemente no podía permitir que el GAN avance hacia las fronteras de su país. Una buena parte del GAN responde a los intereses de la Hermandad Musulmana, un grupo político de influencia regional que busca imponer la prevalencia del Islam por sobre la política laica, y Al Sisi lideró la lucha contra la Hermandad en Egipto desde el golpe de Estado del 2013 que lo llevó al poder. Por este motivo, en Julio pasado, el parlamento egipcio aprobó el despliegue de tropas en el país vecino para apoyar al ENL. El presidente egipcio puso a la ciudad de Sirte como línea roja, si las tropas del GAN intentaban tomar la ciudad, Egipto intervendría de manera completa.

El armisticio

Ante la paridad de fuerzas entre ambos bandos, el estancamiento prolongado del conflicto y la amenaza de una intervención egipcia más fuerte que la turca, ambos bandos comunicaron el establecimiento de un alto al fuego el viernes 21 de Agosto.

El jefe del GAN, Fayez Sarraj, no sólo informó el armisticio sino que puso una condición: “La implementación de un amplio alto el fuego requiere que las regiones de Sirte y Al Jufra sean desmilitarizadas y que las fuerzas del orden de ambos lados lleguen a acuerdos sobre seguridad”.

Esta condición no fue directamente aceptada por la Cámara de Representantes, sino que el presidente de la Cámara, Agila Saleh, respondió con otra condición: “El alto el fuego cierra el camino para cualquier intervención militar y debe conducir a la expulsión de todos los mercenarios y la disolución de todas las milicias para restablecer la soberanía nacional en su plenitud”

Sarraj también habla de una fecha tentativa de elecciones el próximo marzo, pero ésta será fijada por el diálogo entre las partes.

La tregua es bienvenida por Italia, Alemania, Rusia, la representante especial interina para Libia del secretario general de la ONU, Stephanie Williams, y el mismo presidente de Egipto, Abdulfatah al Sisi.

La principal noticia desprendida de esta tregua es el fin del bloqueo a los puertos petroleros, que le permitirán a la empresa estatal Compañía Nacional de Petróleo de Libia reanudar las exportaciones y depositar las ganancias en una cuenta que será utilizada luego que se alcance una solución política al conflicto.

De reanudarse el diálogo político entre las partes podría finalmente haber un acuerdo de paz, un llamado a elecciones y un gobierno unificado y soberano por primera vez desde 2011. Sin embargo, esta es la tercer tregua en tres meses, y no todos los actores la consideran como definitiva. Tan sólo tres días antes, el 18 de Agosto, Catar, Turquía y el GAN firmaban un acuerdo para que Catar establezca un centro de entrenamiento de tropas, y Turquía una base naval, en la ciudad de Misrata. Ninguno de los bandos aclaró si este acuerde seguirá en pie, o si se reconocerá el acuerdo por la ZEE con Turquía. No es esperable que Erdogan acepte tan rápido perder todo lo invertido en estos años.

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