Mirada Multipolar | Cae Kabul y se reorganiza la región

Share

por Sebastián Tapia

Hace pocas horas que los Talibanes ingresaron a Kabul, capital de Afganistán. El gobierno surgido de la invasión estadounidense de 2001 ya no existe. Mientras tanto, los helicópteros estadounidenses siguen evacuando al personal diplomático y militar que quedaba en la capital. Las ondas de choque de este evento van a repercutir en toda la región y el resto del mundo.

El avance imparable

Desde que Estados Unidos comenzó la retirada de sus tropas y de las de la OTAN, tras 20 años de ocupación militar, el avance del Talibán por sobre el gobierno afgano fue de una velocidad inusitada. La idea de la afganización del conflicto, al igual que se hizo en Vietnam, era preparar al ejército local para poder retirarse. Al igual que en Vietnam, la estrategia falló.  El presidente Biden volvió a recordarla en un discurso este mismo martes 10:

“Gastamos más de un billón de dólares en 20 años, entrenamos y equipamos con material moderno a más de 300.000 fuerzas afganas, y los líderes afganos tienen que unirse. Perdimos a miles de estadounidenses que resultaron muertos o heridos. Los afganos tienen que luchar por sí mismos. Por su nación.”

En el mismo discurso, Biden se lavó las manos del problema afgano y le pasó la pelota al gobierno de Kabul:

“Creo que todavía hay una posibilidad. Tienen un nuevo secretario de defensa importante, nuestro equivalente a un secretario de defensa en Afganistán, Ismail Khan, que es un luchador serio. Creo que están comenzando a darse cuenta de que tienen que unirse políticamente en la cima. Pero continuaremos con nuestro compromiso. Pero no me arrepiento de mi decisión.”

El discurso parece esperanzador, pero no contaba con que tres de días después, el viernes 13, Ismail Kahn sería arrestado por el Talibán en su casa en Herat para luego ser enviado a Kabul a negociar la rendición. Durante estos días, no hubieron grandes enfrentamientos, sino que el ejército afgano trató de evacuarse hacia Irán, Tayikistán y Pakistán, en vez de enfrentar al Talibán. El movimiento se hizo rápidamente con el control de casi todas las provincias del país, salvo algunas zonas montañosas del centro y Kabul, la capital.

Controlado por el Taliban en Julio

Controlado por el Taliban al 15 de Agosto

La toma pacífica de la ciudad

Habiendo rodeado la ciudad de Kabul, el movimiento Talibán ordenó a sus fuerzas no ingresar a la ciudad para evitar un baño de sangre. En cambio, activó células dormidas que ya tenía en la ciudad, con las cuales tomó algunos puntos importantes, como la Universidad de Kabul, y comenzó a negociar la rendición del gobierno afgano.

El gobierno del presidente Ghani ya había propuesto un arreglo para compartir el poder del ejecutivo nacional el pasado jueves, en la mesa de negociación en Doha, frente al avance relámpago del Taliban. Pero la propuesta no fue respondida hasta esta mañana, con una distribución de poder bastante diferente. El arreglo ya no pasa por compartir el poder con Ghani, sino pedir su renuncia – algunos aseguran que ya fue evacuado a Tayikistán – y formar un gobierno dirigido por el Taliban, compartiendo el ejecutivo con un representante del antiguo gobierno de Kabul.

Esta nueva administración transitoria será dirigida por el mullah Abdul Ghani Baradar y el anterior ministro del interior, Ali Ahmad Jalali. Baradar es uno de los fundadores del movimiento Taliban. Luchó junto al Mullah Omar contra el ejército soviético, recibiendo apoyo estadounidense, en los años 80’s. Fue arrestado en Pakistán en 2010 y luego liberado en 2018, cuando pasó a liderar las negociaciones políticas en Doha. Es el líder político del movimiento, mientras que el líder espiritual, y superior a Baradar, es Haibatullah Akhundzada.

El contexto regional

Como hemos discutido en notas anteriores, este escenario era el esperado por los países vecinos. Las negociaciones de China y Rusia con el Taliban pasaron por asegurar que la influencia islamista de este grupo no serviría para apoyar ni proteger a otros movimientos islámicos regionales que busquen tomar el poder en otros países o regiones vecinas.

Mas allá de las palabras, en las últimas semanas se vieron acciones que le marcaron el terreno al Talibán. Por un lado, frente al descontrol en la frontera con Tayikistán, tanto de civiles como militares abandonando Afganistán, se realizó un ejercicio conjunto militar entre Rusia, Uzbekistán y Tayikistán. De esta manera se busca marcar los límites hasta donde puede avanzar el Taliban, limitándolo a un problema afgano.

Por otro lado, China y Rusia realizaron esta semana un ejercicio conjunto en la región de Ningxia con más de 10.000 soldados, donde probaron la interoperatividad de ambos ejércitos.  No sólo probaron sus últimos avances tecnológicos en armamentos, sino que operaron unos con los equipos del otro. Es decir, que por primera vez ejercitaron ambas fuerzas como si fueran miembros de una misma alianza militar – como lo hace la OTAN. No sólo es una señal clara al Taliban sobre los límites que tiene que respetar, sino que también es una señal a los Estados Unidos. La posibilidad de enfrentar a una de las potencias rivales por separado ya casi es nula.

También esta semana, se confirmó el ingreso de Irán a la Organización de Cooperación de Shangai como un miembro pleno. Nikolai Patrushev, Secretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, telefoneó a su colega iraní, Ali Shamkhani, para discutir asuntos de seguridad de la región y le informó que los obstáculos políticos al ingreso de Irán a la organización habían sido removidos y pronto podrá contar con el estatus de miembro pleno. De esta manera, la OCS se presenta como el principal órgano de integración regional e incluye como miembro a los principales rivales de Estados Unidos: China, Rusia e Irán, además de reunir a 4 potencias nucleares, Rusia, China, Pakistán e India.

Lo que se viene

El nuevo gobierno afgano tiene por misión restablecer la paz en el país tras más de 40 años de guerra civil e invasiones extranjeras, a la vez que mantener a Afganistán integrado al sistema internacional. La razón por la que se busca un gobierno transitorio compartido con miembros del gobierno anterior y evitar ser aislado por la comunidad internacional.

Pero el gran drama que se vivirá los próximos días tiene que ver con el futuro de los colaboradores con la invasión estadounidense. Miles de afganos buscan salir del país por haber pasado parte de los últimos 20 años trabajando junto a la ocupación estadounidense. Pero el Taliban controla todas los pasos fronterizos, por lo que ahora la crisis se concentra en el aeropuerto de Kabul. Algunos buscan realojarse en países vecinos, otros buscan la protección de las potencias con las que colaboraron. Por ejemplo, Canadá anunció que recibirá a 20.000 afganos como refugiados. Pero no explicó cómo llegarán hasta allí. El presidente Biden anunció ayer en un comunicado que:

“He puesto a la embajadora Tracey Jacobson a cargo del esfuerzo de todo el gobierno para procesar, transportar y reubicar a los solicitantes de visas especiales de inmigrantes afganos y otros aliados afganos. Nuestros corazones están con los valientes hombres y mujeres afganos que ahora están en peligro. Estamos trabajando para evacuar a miles de personas que ayudaron a nuestra causa y a sus familias.”

Pero es poco probable que se aventuren a una acción militar peligrosa y costosa para extraer civiles. Por ahora el Talibán le va a permitir evacuar lo que puedan, pero hay que ver por cuánto tiempo. La caída de Kabul del día de hoy pasará a la historia como una reedición de la caía de Saigón en 1975. Pero a diferencia de entonces, Estados Unidos no se encuentra en la fase de ascenso de su imperio, sino que se remarca su decadencia. Pierde su presencia en medio de un continente que le es cada vez más extraño y que cuenta con sus propios organismos y potencias rivales. Probablemente veamos pronto, el 11 de Septiembre, un desfile del Talibán por Kabul festejando su triunfo sobre la ocupación extranjera, tras 20 años de lucha.