Mirada Multipolar | La desconfianza entre Irán y Azerbaiyán tensa al Caspio

Military tanks are seen during an Iranian Army exercise dubbed "Fatehan of Kheibar", in the northwestern parts of Iran, in this picture obtained on October 1, 2021. Iranian Army/WANA (West Asia News Agency)/Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY
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por Sebastián Tapia

La relativa paz de la zona se vio alterada tras la guerra entre Armenia y Azerbaiyán en 2020. El cambio en la correlación de fuerzas en el cáucaso está generando un foco de tensión regional que se expande hacia el sur para incluir a Irán. ¿Qué está pasando en el Caspio y quién se beneficia de ello?

Tránsito cerrado

La tensión entre Azerbaiyán e Irán viene acumulándose hace unos meses. En principio, el problema comienza a partir de la decisión azerbaiyana de cobrarle aranceles a los camiones iraníes que circulan por el territorio azerí, recién ganado a partir de la guerra del año pasado, durante su viaje entre Irán y Armenia. Incluso el paso entre Armenia y Nagorno Karabaj es considerado por Azerbaiyán como un cruce fronterizo ilegal, por lo que al menos dos camioneros iraníes fueron detenidos. Esto llevó a un proceso de encuentros y discusiones entre diplomáticos iraníes y azeríes, incluyendo una reunión del más alto nivel en paralelo a la inauguración de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Esto sirvió para relajar la situación un poco, pero terminó con el paso de camiones iraníes hacia Nagorno Karabaj. En una entrevista, el presidente azerí lham Aliyev explicó su posición:

“Sin embargo, del 11 de agosto al 11 de septiembre, unos 60 camiones procedentes de Irán volvieron a entrar ilegalmente en Karabaj. Para evitar esto, ya cambiamos a una acción específica. En otras palabras, nuestra conducta y acciones son responsables y se basan en lazos de amistad. La primera vez, dimos una advertencia verbal, la segunda vez entregamos una nota oficial y la tercera vez instalamos puestos de control: aduanas, fronteras, policía. Así, comenzamos a controlar la carretera que conduce a Armenia a través del territorio de Azerbaiyán, tras lo cual se detuvo la entrada de camiones a Karabaj.”

Ejercicios militares

El viernes 1° de Octubre, Irán comenzó unos importantes ejercicios militares en el norte del país, en la frontera con Azerbaiyán. Es la primera vez desde la desintegración de la Unión Soviética, y la independencia de Azerbaiyán, que Irán realiza ejercicios en esa zona del país. Los ejercicios son importantes, incluyendo tanques, helicópteros, drones y piezas de artillería.

El presidente Aliyev se mostró sorprendido por la envergadura de los ejercicios y declaró en una entrevista:

“Este es un evento muy sorprendente. Cada país puede realizar cualquier ejercicio militar en su propio territorio. Es su derecho soberano. Pero ¿por qué ahora y por qué en nuestra frontera?”

Sin embargo, la sorpresa no debería ser tan grande, considerando que del 13 al 20 de Septiembre, Azerbaiyán realizó los ejercicios militares conjuntos “Tres hermanos 2021”, con Turquía y Pakistán. Lejos de haber pasado desapercibidos, estos ejercicios fueron denunciados por Irán como una violación a la Convención sobre el Estatuto Legal del Mar Caspio, que prohíbe la presencia militar de países que no pertenezcan al Caspio. El General Heidari, a cargo de los ejercicios militares iraníes, recordó que:

“Han habido cuatro o cinco ejercicios al norte de nuestras fronteras durante el mes pasado y actualmente Turquía también está llevando a cabo otro ejercicio militar cerca de nuestras fronteras del norte”.

Esto plantea que la situación es tensa y no es culpa de un sólo país. No sólo Turquía ha incrementado su presencia en la región, mediante su alianza con Azerbaiyán, sino que Irán considera que la fuente de la desestabilización en la región proviene de otro enemigo.

Interferencia foránea

Irán considera que la ayuda brindada por Israel a Azerbaiyán durante la guerra con Armenia en 2020, busca dinamitar los lazos entre Irán y Azerbaiyán. Entonces, Israel le brindó drones de alta tecnología a Yereván, lo que llevó a profundizar una relación que ya estaba firme en lo comercial por la compra de combustible azerí. Varios funcionarios iraníes sostienen esta posición, por ejemplo el representante de Jamenei para la provincia de Ardabil, Mohammad-Ali Ale-Hashem, acusó a Israel de “buscar crear disrupción y tensión en las buenas relaciones entre los países musulmanes”. Por otro lado, el ministro del interior, Ahmad Vahidi dijo que Israel y los “enemigos de la amistad entre Irán y Azerbaiyán” buscan sabotear la relación entre estos países.

Desde el ámbito militar, el general Heidari comentó:

“Hay elementos no deseados en nuestra región que desean desestabilizar la región y socavar su seguridad (…) Hemos sido más sensibles sobre los desarrollos en nuestras fronteras desde que los elementos israelíes llegaron a nuestra región. Estamos monitoreando su actividad”.

Nuevo balance regional

El triunfo de Azerbaiyán sobre Armenia en la guerrra de 44 días del 2020 planteó un cambio importante en la correlación de fuerzas en la región. Turquía busca proyectarse al Este, para poder mejorar su liderazgo sobre los pueblos túrquicos, e Israel, cooperando con Azerbaiyán, aumenta la incertidumbre sobre una frontera anteriormente pacífica para Irán.

Irán ve una amenaza en un Azerbaiyán más asertivo, envalentonado por su triunfo sobre Armenia, porque teme el levantamiento de parte de su población de origen azerí en sus provincias del norte. El peligro del separatismo es considerado por Teherán, tanto como Turquía teme el separatismo kurdo. Pero más allá del peligro interno, un Azerbaiyán que busca modificar las fronteras con Armenia para integrar su territorio y a toda la población azerí, podría transformarse en una potencia revisionista que quiera integrar a la población azerí iraní en su propio territorio. En ese caso, la región estallaría por los aires.

Por ahora, sólo son ejercicios militares unilaterales. El diálogo entre las partes sigue siendo efectivo. A pesar de la tensión, es esperable que los intereses comunes de la región euroasiática por mantener la estabilidad pesen más que la desconfianza entre vecinos.