Perspectiva Latinoamericana | Bolivia: Un debate presidencial sin mayores sobresaltos

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por Fernando Lopez Ariñez

Pasaron más de dieciocho años para que Bolivia tuviera nuevamente un debate presidencial que se realizó el pasado 3 de octubre en la ciudad de Santa Cruz. En esta ocasión, bajo un formato de preguntas específicas a los candidatos y candidatas que evitó el enfrentamiento directo y brindó la oportunidad a los mismos para que dieran respuestas a cuatro temas seleccionados por los organizadores del evento: la crisis económica, la generación de empleo, la estabilidad y el desarrollo local.

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En ese sentido, la economía y el desempleo fueron los grandes temas que marcaron el debate, relegando a otros también importantes como el medioambiente, la salud, la educación, la inseguridad, la igualdad de género o la política exterior boliviana. Todo esto debido a la complicada situación que atraviesa Bolivia por el desplome de su economía, el aumento de la pobreza, la pérdida de empleo y la inacción por parte del gobierno de Jeanine Añez.

A lo largo de la noche fueron varios los intentos por parte de los candidatos para ver quien se posiciona como el mayor crítico de la gestión del MAS-IPSP, de la misma manera señalaron a Luis Arce como el culpable de la crisis económica en un intento de seducir al electorado que nunca votó, ni votará por el MAS-IPSP. En ese sentido, Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana), Luis F. Camacho (Creemos) y Jorge “Tuto” Quiroga (Libre 21), intentaron polarizar y relucir un antimasismo furioso al desconocer cualquier pequeño logro durante los catorce años del gobierno del MAS-IPSP.

Los candidatos mejores posicionados en las encuestas: Luis Arce, Carlos Mesa, y Luis F. Camacho ocuparon la mayor atención del debate, como también sus propuestas para enfrentar el complicado panorama económico y político del país. Cabe señalar, que en una campaña electoral marcada por la polarización y el agravio, los programas electorales han pasado a un segundo plano y los partidos políticos han preferido promover la campaña sucia en vez de un debate real sobre los proyectos y visiones de país.

Luis Arce

Durante todo el debate el candidato del MAS-IPSP tuvo una performance cautelosa, propositiva y que buscó en todo momento evitar la confrontación con sus pares. Por el contrario, Arce se dedicó a detallar el diagnóstico de una economía golpeada, que según el ex ministro de Economía necesita una rápida inyección de recursos para recuperar la demanda y la productividad a través de la aplicación de un impuesto a las grandes riquezas y del no pago de capitales e intereses de la deuda externa durante los próximos dos años.

De la misma manera, Arce hizo hincapié en la necesidad de garantizar la soberanía alimentaria, reactivar el turismo interno y retomar el proceso de industrialización con sustitución de importaciones paralizado por la actual gestión de Jeanine Añez. También, centró buena parte de su intervención en los proyectos de creación de plantas de biodiesel ecológico y de baterías de litio, con el objetivo de avanzar en la creación de empleos directos e indirectos.

El candidato del MAS-IPSP buscó durante el debate posicionarse como el mejor preparado para enfrentar la crisis económica saliendo de esta manera de la constante impugnación que hicieron sus contrincantes y en ese sentido, apeló a la sabiduría del pueblo boliviano para evaluar y analizar el presente boliviano, por lo que pidió a la población un voto racional para recuperar la patria y retornar a la senda de la estabilidad social, política y económica.

Carlos Mesa

El ex presidente y actual candidato a la presidencia, Carlos Mesa decidió durante el debate endurecer el discurso en contra del MAS-IPSP, buscando posicionar que la crisis sanitaria, económica y la corrupción son una herencia de la gestión de Evo Morales y Luis Arce. Asimismo, Mesa afirmó que el MAS-IPSP durante catorce años maquilló la realidad económica y despilfarró los grandes ingresos que recibieron por la venta de gas en la creación empresas públicas deficientes, en la construcción de palacios y museos dedicados a la figura de Morales -en una clara referencia al actual Palacio de Gobierno y al Museo de la Revolución Democrática Cultural-.

Por otro lado, Mesa criticó el centralismo secante que llevó adelante la gestión del MAS-IPSP, en un guiño al electorado cruceño prometiéndole el desarrollo pleno de las autonomías y valorando la lucha legítima de Santa Cruz. Además, llamó a dar fin a la cooptación de los movimientos sociales por parte del masismo y trató durante toda la noche de mostrar el carácter fuerte que tanto se le reclama, asegurando que en el caso de ser elegido, él gobernaría con claridad y firmeza para garantizar el orden, la convivencia y un Estado eficiente.

De igual manera, Carlos Mesa señaló que no está para hablar del pasado, sino del presente y el futuro en una clara intención de omitir platicar sobre su renuncia a la presidencia en el año 2005. En ese sentido, buscó durante todo el evento reducir el debate a los 14 años de gobierno del MAS-IPSP, con el fin de mostrarse como un férreo antimasista en busca de interpelar a los votantes de Luis F. Camacho y Jorge Tuto Quiroga, dando fin a una estrategia fallida de intentar perforar el voto duro del MAS-IPSP y dedicarse a concentrar el voto de ese ? que nunca optó por el MAS-IPSP para forzar una segunda vuelta contra Luis Arce.

Luis F. Camacho

Para sorpresa de muchos el ex líder cívico cruceño y actual candidato a la presidencia, Luis F. Camacho se mostró mucho más sereno y capaz de desplegar su discurso empresarial, federalista, religioso y de impugnación a la vieja clase política. En ese sentido, Camacho llamó a dar fin a los gastos y lujos de la casta política para transferir esos recursos a los bolivianos y posicionarse como un político empático que busca proteger a los trabajadores y empresarios de los abusos de la clase política y el Estado.

A través de un discurso de tinte populista, Camacho pidió que no se pague la crisis con el dinero de los bolivianos. Asimismo, señaló que la ideología no nos puede impedir vender productos al exterior, como sí lo hizo el “sicariato” económico liderado por Luis Arce, en ese marco planteó  abrir nuevos mercados y recuperar los antiguos, en una clara muestra de restituir los acuerdos que se tenía con los EEUU, todo con el fin de exportar más productos para complacer a los empresarios y generar empleo en el país.

Por otra parte, Camacho desplegó un discurso federal con el objetivo de profundizar la descentralización mediante un nuevo pacto fiscal que permita avanzar en la transferencia del 100% de recursos y facultades a las regiones, en una clara sintonía con la demanda histórica de la élite cruceña. Cabe señalar, que durante buena parte del debate Camacho apeló a un discurso religioso portando un rosario en la mano en búsqueda del voto cristiano y evangélico, que se disputan con el candidato de ascendencia coreana Chi Hyun Chung, a través mensajes contra de lo que denominan la ideología de género, el movimiento LGTB, la despenalización del aborto y el actual Estado Plurinacional.

Ante un debate presidencial sin mayores sobresaltos y sorpresas, queda por ver cómo los candidatos buscarán desbalancear a su favor una elección competitiva, y que a dos semanas de las elecciones tiene una porción significativa de indecisos y voto oculto que serán claves para el resultado electoral. Nuevamente, el escenario muestra dos opciones claras, la primera liderada por Luis Arce, quien en un contexto de crisis tiene más chances de crecer electoralmente debido a los logros de su buena gestión económica. Frente a una segunda opción liderada por Carlos Mesa, que cada vez se posiciona más a la derecha con el fin de reducir el apoyo electoral de Luis F. Camacho en Santa Cruz, departamento que concentra una porción importante del voto antimasista y será decisivo para forzar una segunda vuelta con Arce, o que en el caso de dispersarse será clave para la victoria del candidato masista en primera vuelta.