El arribo de Nancy Pelosi a Taiwan fue leído por Beijing como una provocación de Estados Unidos, generando una escalada en las tensiones. Rusia aprobó una nueva doctrina de defensa para su armada en respuesta al conflicto con la OTAN y sus aliados. Mientras tanto se desarrollan las negociaciones en la ONU para el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares en un contexto de creciente beligerancia. Colombia iniciará una nueva era con la asunción de la izquierda en la presidencia
Por Federico Montero y Pablo Macia
La visita de Pelosi en Taiwán desató una escalada de tensión entre China y Estados Unidos.
Lo que parecía ser un gesto de distensión la semana pasada con la conversación telefónica entre Joe Biden y Xi Jimping durante más de dos horas, terminó agravando el conflicto con la consumación del arribo de la presidenta de la cámara de representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán. China había advertido que tomaría represalias si Pelosi sumaba a Taipei en su gira por Asia-Pacífico, y en el programa oficial anunciado sólo estaban contemplados los destinos de Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón. Sin embargo, el 2 de agosto la delegación encabezada por la alta mandataria consumó lo que para Beijing resulta una provocación y una “traición” a la promesa de los Estados Unidos de mantener la política de una sola China, alentando de esta forma las intenciones separatistas taiwanesas. Por su parte, el presidente Joe Biden aclaró que el status quo con respecto a China no ha cambiado y que la presidenta de la cámara de representantes toma sus definiciones como poder independiente del Estado. En ese aspecto Pelosi desafío al gigante asiático con su visita dejando un antecedente que debilita las pretensiones chinas.
Las autoridades chinas ratificaron que la decisión de Pelosi quebranta los 3 comunicados firmados por China y Estados Unidos en 1971, en los que Washington reconoce que existe una sola China en el mundo y que Taiwán es parte de ella; que Estados Unidos no alentará el estatus indeterminado de Taiwán; y que no apoyó ni apoyaría movimientos que busquen la “independencia de Taiwán”. Estos tres principios mantuvieron el status quo desde los ´70 con la política de “ambigüedad estratégica” de EEUU, que implica la negativa a tener relaciones oficiales con Taiwán aunque sí intercambios comerciales, encuentros informales y un apoyo latente pero no explícito de ayuda militar frente a un eventual ataque de China continental.
Las represalias tomadas por China frente a lo que consideran una provocación grave constan del más importante despliegue de ejercicios militares circundantes a la isla; de sanciones económicas y suspensión de importaciones; y de la cancelación de conversaciones y suspensión de compromisos de cooperación con Estados Unidos.
En cuanto a la intervención militar, China desarrolla ejercicios en 6 puntos circundantes a Taiwán con armas reales, como reconocimiento de terreno para el virtual aislamiento de la isla en un eventual conflicto. Los ejercicios desplegados durante 72 horas obligaron a una parálisis del transporte marítimo por la zona y a desviar el vuelo de Pelosi a Corea del Sur por una ruta alternativa. Esta respuesta militar de China fue criticada por desproporcionada por Estados Unidos y sus aliados de occidente en la UE y el G7. Japón inclusive denunció la intervención china en su zona de exclusión marítima. En respuesta, China canceló una reunión de cancilleres con el país nipón en el marco de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN)
Con respecto a las sanciones económicas a Taipei, China suspendió importaciones de alimentos y bienes de consumo de la isla. Cabe destacar que la parte continental representa el 40% de las importaciones de Taiwán, produciendo una importante pérdida de sostenerse en el tiempo esa decisión. Sin embargo, Taiwán cuenta con la principal producción mundial de semiconductores con las fábricas de chips TSMC y UMC. Las mismas proveen chips a un amplio rango de industrias que van desde los gigantes tecnológicos como Apple, Intel, pasando por la inteligencia artifical, “la internet de las cosas” hasta industrias aeroespacial y de defensa. EEUU espera que las empresas productoras de microchips con sede en Taiwan colaboren con la política de fortalecimiento de la producción en suelo norteamericano de esa tecnología. Ante las amenazas logísticas que el inestable escenario internacional provoca sobre las cadenas globales de valor, EEUU ha sancionado recientemente la ley ‘Chips and Science‘ que fomenta la fabricación de semiconductores. Con esta política, el gobierno de Estados Unidos quiere aumentar su competitividad también frente a los fabricantes chinos
Por último, el gobierno chino anunció, en términos militares, la cancelación de las conversaciones de comandantes en el teatro de operaciones China-EEUU, al igual que las Conversaciones de Coordinación de Política de Defensa y las reuniones del Acuerdo Consultivo Marítimo Militar. Además, en cuanto a esquemas de cooperación con Estados Unidos, suspendió la repatriación de los inmigrantes ilegales, la asistencia legal en asuntos criminales, contra crímenes trasnacionales, de lucha contra los narcóticos y sobre el cambio climático.
Pero más allá de las respuestas de China, analistas de diversos posicionamientos coinciden en que a Beijing no le conviene precipitar el conflicto y romper el status quo internacional. China ha crecido fuertemente en el contexto de la globalización y es la principal potencia industrial del mundo. La tendencia marca que siguiendo esa línea, tarde o temprano superará a Estados Unidos en su PBI y en influencia a nivel mundial. En ese contexto, es el declive de Estados Unidos el que, por un lado lo lleva a rever las condiciones de la globalización y el libre comercio, retornando a las políticas proteccionistas frente a China, desplegadas desde la era Trump en adelante. Por otro lado, también lo alienta a provocar conflictos frente a las que considera como “autocracias” para abroquelar a los países occidentales y aliados en función de mantener la hegemonía mundial. En ese contexto se inscribe la avanzada de la OTAN hacia el este de Europa que provocó la reacción de Rusia en Ucrania, el inminente conflicto de Kosovo con Serbia, y la intervención en Asia-Pacífico que desencadenó el arribo de Pelosi a Taiwán. Por su parte, China junto a Rusia y países emergentes continúan abonando al multilateralismo dentro de la ONU y en entidades como los BRICS intentando superar la influencia de Estados Unidos con su aspiración de mantener el monopolio de la hegemonía en el mundo.
La nueva doctrina naval de Rusia a partir del conflicto con la OTAN y las potencias de occidente.
En el marco de la guerra en Ucrania y la nueva doctrina de seguridad de la OTAN, Rusia celebró el día de la armada lanzando una nueva doctrina naval. La misma caracteriza a Estados Unidos y sus aliados como actores que amenazan la seguridad de Rusia y que pretenden preservar su dominio global, incluso en los océanos del mundo. Así la Armada establece 10 principales amenazas para Rusia en las zonas marítimas que consisten en la pretensión de Estados Unidos de monopolizar el control de los océanos, limitar el acceso de Rusia a sus recursos, el acercamiento de la OTAN a las fronteras de Rusia, el desarrollo de conflictos militares y reclamaciones en lugares estratégicos para la el desarrollo del país, el intento de desacreditar a Rusia en sus actividades y el impacto del terrorismo y el contrabando, entre otros puntos.
La principal novedad militar que presenta Rusia para la defensa de su seguridad consta de los misiles hipersónicos Tsirkon, que se desplazan a velocidad match 9 (9 veces más rápido que el sonido o más de 10.000 km/h) y tienen un alcance de entre 1000 a 1500 km con gran precisión en sus objetivos. Este desarrollo permite eludir cualquier defensa conocida hasta el momento y puede lanzarse desde fragatas y submarinos nucleares rusos. Sin embargo, la doctrina pretende utilizar estas tecnologías con fines disuasorios para preservar la seguridad de Rusia, garantizando las vías marítimas para el comercio y la protección de las aguas en las que se extraen hidrocarburos o tienen importantes yacimientos.
Los principales espacios estratégicos de la Armada rusa donde prevenir estas amenazas se encuentran en 6 regiones: el mar Ártico, el océano Pacífico, el Atlántico (incluyendo el mar Báltico, Azov, Negro y Mediterraneo), el mar Caspio, el océano Índico y el Antártico. En especial, el Ártico es una zona prioritaria para Rusia, que viene explorando históricamente en el estudio y la exploración geológica y de recursos naturales, y en la que mantiene un liderazgo que quiere preservar frente a otros actores que presionan para controlar la ruta marítima del norte. El deshielo producto del cambio climático genera las posibilidades de nuevas rutas en esta región. Así, la ruta del Mar del Norte es la más corta entre Europa y Asia-Pacífico, y según estimaciones rusas, puede alcanzar un tráfico de mercancías de 80 millones de toneladas para el año 2024. El otro punto clave es el sector “Atlántico” que enfrenta la disputa con la OTAN en el Báltico y en el Mar de Azov, foco de conflicto a partir de la guerra en Ucrania. El tercer espacio estratégico es el del océano Índico, en el que Rusia pretende la asociación estratégica con los países emergentes como India, Irán, Irak y Arabia Saudíta. Por último, el mar Caspio es de importancia para la asociación estratégica con los países de la Comunidad de Estados Independientes, y el Oceano Pacífico, donde disputa con Japón y articula acciones con China.
Frente a los desafíos estratégicos, la Armada establece objetivos más amplios para el desarrollo de Rusia y de su seguridad nacional, concernientes en la ampliación de las flotas marítimas comerciales, el estudio, uso y protección de los recursos de los océanos del mundo, y la garantía de accesibilidad de las rutas marítimas para el comercio mundial, a los fines de preservar la estabilidad estratégica en los océanos en un mundo que, evalúan, avanza hacia el multilateralismo. En ese aspecto, los desafíos que plantea la nueva doctrina son los de desarrollar la industria naval mercantil y de investigación científica y militar, superando las sanciones impuestas por occidente para la producción. Las nuevas flotas estarán orientadas a nuevas rutas comerciales para el transporte del gas y petróleo de Rusia. Para controlar las vías navegables, la Armada requiere de mayores bases navales, nuevos centros de transporte marítimo y logística en diversos puntos estratégicos que abastezcan a sus flotas. De esta manera, Rusia pretende garantizar el control de los mares y océanos frente a crecientes escaladas de conflictos y sanciones comerciales en el marco de los reacomodamientos geopolíticos producidos por la pandemia y el conflicto en Ucrania.
Se desarrollan las negociaciones en la ONU para Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.
En este contexto de creciente beligerancia se desarrollan las negociaciones en la conferencia del Tratado de No Proliferación de Armas de la ONU que se lleva a cabo durante el mes con la participación de 191 países representados. Dicha conferencia es la más candente desde el fin de la guerra fría y el Secretario General del organismo, António Guterres instó al diálogo entre Estados Unidos, Rusia y China para alcanzar un acuerdo ya que estamos a “un error de cálculo de la aniquilación” atómica. Actualmente son 9 los países que poseen armas nucleares, pero la abrumadora mayoría continúa correspondiendo a Rusia y Estados Unidos como en tiempos de la cortina de hierro. Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) Rusia cuenta con 6.257 armas nucleares y Estados Unidos con 5.500, correspondiendo más del 90% del total. Mientras tanto China cuenta con 350, Francia con 290 y el Reino Unido con 225 armas de estas características. Lois demás países con armas nucleares corresponden a India, Paquistán, Corea del Norte e Israel, pero no están dentro de la órbita de supervisión internacional. El tratado de No Proliferación tiene por objetivo evitar el despliegue de armas nucleares y promover la cooperación para el uso de energía nuclear con fines pacíficos y alcanzar la meta del desarme. Pero en contextos de escaladas beligerantes se actualizan los peligros de sus usos o de una carrera armamentística. Tanto Rusia como Estados Unidos afirman que no utilizarían este tipo de armas sino en casos extremos y de manera defensiva. Además, como firmantes limitaron la producción de armas pero utilizan el recurso de modernizarlas para jugar una suerte de carrera armamentística. En el mismo plano se encuentra China. De Todas formas, desde el final de la guerra fría se redujo en más de un 75% la cantidad de armas nucleares. Sin embargo en este contexto de nuevos abroquelamientos geopolíticos no se descarta una reversión de esta tendencia.
En ese contexto, durante el mes y hasta el 26 de agosto se desarrollará la negociación entre Rusia y Estados Unidos para renovar el tratado de reducción de armas nucleares estratégicas START III que vence en febrero de 2026. Este es el único tratado de control de armas vigente entre ambos países luego de que Estados Unidos se retirara del Tratado INF de misiles de medio y corto alcance en 2019 bajo la gestión Trump. Hasta ahora ambos países se muestran dispuestos a la negociación pero sin haber alcanzado resultados concretos al momento.
Colombia iniciará una nueva era con la asunción de la izquierda en la presidencia
El domingo 7 se llevará a cabo la asunción de Gustavo Petro y Francia Marquez a la presidencia y vice de Colombia, en un hecho trascendente de la izquierda que por primera vez en 200 años de historia alcanza el gobierno.
El presidente ha desarrollado una amplia alianza de gobierno incorporando a una gran cantidad de actores para recuperar la representación política y la institucionalidad en un país signado por la violencia política y en los últimos años por la apatía frente al desgaste del uribismo y la corrupción.
Con un programa fuertemente orientado hacia la paz en función de políticas sociales y redistributivas, Petro y Márquez asumen con el mandato de realizar una reforma tributaria de corte progresivo que modifique la estructura social del país y la modernice a partir del desarrollo nacional y la justicia social. La presencia de Francia Marquez, lideresa social afrocolombiana, representa a los movimientos sociales, el feminismo y las diversidades que tendrán fuertes expectativas en la ampliación de derechos. Además, el nuevo gobierno se propone un plan de reforma política que devuelva la confianza de la ciudadanía en la participación y las instituciones. En ese aspecto Petro llamó a la comunidad a festejar en las calles el domingo en el inicio de esta nueva etapa para el país que intenta desterrar el miedo y la violencia política hacia los dirigentes y militantes populares. Esa participación popular en las calles y los espacios públicos serán necesarios para las transformaciones que pretende el nuevo gobierno.
La Asunción estará secundada por una gran comitiva de presidentes y representantes de América Latina que se sumarán a los festejos, entre quienes ya se encuentran Xiomara Castro (Honduras), Alberto Fernández (Argentina), Guillermo Lasso (Ecuador), Mario Abdo Benítez (Paraguay). También estarán presentes, el Rey Felipe VI de España, así como los presidentes de Chile, República Dominicana, Bolivia, Países Bajos (Curazao), Panamá, Costa Rica. Así el nuevo gobierno representará una nueva posición sobre la política exterior de Colombia recuperando lazos diplomáticos con países como Venezuela, Cuba o Nicaragua mientras que mantendrá una posición pragmática y de mayor autonomía con Estados Unidos, luego de años de alineamientos con la potencia norteamericana.
En cuanto a la transición institucional del pacto histórico con el gobierno saliente de Iván Duque, se ordenó a partir del comité de empalme que desde hace 5 semanas trabajó en distintas áreas para el traspaso. Así, el informe de empalme para la transición presidencial permitió diagnosticar áreas de continuidad, aspectos a modificar y cambios de dirección que estuvieron representados en un semáforo. Entre los puntos de continuidad se destacaron políticas redistributivas de vivienda, asignaciones a sectores vulnerables y políticas socioeducativas. En aspectos a modificar se destaca la política ambiental frente al cambio climático, tratados de libre comercio y políticas de tierras. Entre cuestiones a transformar se cuentan las políticas de minería y de energía y la recuperación del espíritu de los acuerdos de paz, que buscan la redistribución de la tierra para la reconversión de las poblaciones campesinas. Con ese espíritu de esperanza comienza a partir del domingo una nueva era en Colombia.