Por Federico Montero y Pablo Macia
Una nueva expresión de los cambios políticos en Europa se da a partir del histórico triunfo del Sinn Fein en las elecciones de Irlanda del Norte, que con 27 bancas obtuvo la primera minoría en la Asamblea y el derecho de liderar el ejecutivo, a cargo de la líder Michelle O’Neill. Así, por primera vez en la historia, sale vencedor en la región, un partido que promueve la unificación irlandesa entre el Norte, que pertenece al Reino Unido, y la República, que está dentro de la Unión Europea.
Los republicanos, en su mayoría católicos, quieren que la isla de Irlanda vuelva a ser una sola, mientras que los unionistas, en su mayoría protestantes, quieren ser británicos. El Partido Democrático Unionista (DUP), que habitualmente vencía en las elecciones, obtuvo esta vez 25 bancas, como producto de divisiones internas por el Brexit. La salida del Reino Unido de la Unión Europea se negoció a través del Protocolo de Irlanda del Norte que fija la frontera en el mar de Irlanda, pero dejando al norte de la Isla dentro del sistema aduanero y el Mercado Común Europeo. De esta manera, los intercambios comerciales entre Irlanda del Norte y los demás lugares del Reino Unido son considerados como exportaciones, aumentando los precios y la escasez de productos. Por todo ello, los unionistas consideran que su provincia fue dividida del resto del Reino Unido.
En virtud del Acuerdo de paz de Belfast o del Viernes Santo, firmado en 1998, el Ejecutivo debe constituirse con una coalición entre los unionistas y nacionalistas. Pero el Partido Democrático Unionista se niega a colaborar en formar gobierno hasta que el protocolo de Irlanda del Norte se modifique, algo que no puede cambiar el primer ministro, Boris Johnson, sino que es decisión de la Unión Europea de acuerdo al pacto firmado en el Brexit.
Diversos líderes políticos en Belfast y Dublín han condenado al (DUP) por paralizar la asamblea y el ejecutivo de Stormont durante este viernes. Michelle O’Neill, vicelíder del Sinn Féin y supuesta primera ministra de la región, acusó al DUP de negar la democracia. De la misma forma se expresaron el Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP) y Naomi Long, la líder del partido Alianza, el tercer partido más grande después del Sinn Féin y el DUP.
La suspensión de Stormont significa que los funcionarios públicos y ministros de la administración saliente, con poderes reducidos, dirigirán Irlanda del Norte pero sin poder tomar decisiones importantes ni lanzar nuevas iniciativas. Esto genera una crisis de vacío político que tiene causas económicas concretas, como el colapso inminente del sistema de salud.
De esta forma el DUP intenta escalar el conflicto para que la secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, tome la determinación de suspender el acuerdo comercial firmado con la Unión Europea en 2020. El propio encargado británico de la firma del acuerdo, David Frost afirma que el Reino Unido no debería temer a la guerra comercial de la UE, aprovechando las penurias económicas que está atravesando el continente por las causas de la guerra en Ucrania. Así, la tensión entre Inglaterra y la Unión Europea por el brexit suman un nuevo capítulo con desenlace abierto.
Por otro lado, la reunificación de Irlanda siempre ha sido una bandera de los republicanos nacionalistas y de la izquierda del Sinn Fein – ex brazo político del Ejército Repúblicano Irlandes (IRA) -. Irlanda se reconoce históricamente como una nación sometida por el resto del Reino Unido, que impidió su desarrollo para darle el lugar de proveedor de materias primas. Además, las condiciones de subdesarrollo de Irlanda provocaban una emigración por causas económicas que permitía la provisión de mano de obra barata en la metrópolis. De esta forma, el sometimiento de Irlanda por parte del Reino Unido permitía mejorar las condiciones de vida del conjunto de las clases sociales británicas, diluyendo las tensiones sociales en esa región. De manera similar, la relación de subordinación irlandesa por parte de la metrópolis, es la que se desarrollaba entre las colonias y semicolonias de África, Asia y América Latina frente a las potencias capitalistas centrales. De esta forma el nacionalismo irlandés se convirtió históricamente en una de las banderas del antiimplerialismo en diversas partes del mundo.
Pero si bien el resultado electoral del Sinn Fein actualiza el programa de la reunificación, el camino es muy complejo, ya que un referendo para la unificación necesita tener el visto bueno el gobierno central de Londres, y sólo un tercio de los votantes apoyaría esa propuesta.
De todas formas, las consecuencias del Brexit continuarán haciendo mella en las regiones del Reino Unido en las que por las consecuencias económicas y políticas de la separación con Europa se agudizan conflictos preexistentes, tal como en el caso de Escocia, región en la que mayoritariamente se votó en contra de la salida de la eurozona.
Entre tanto, Europa continúa atravesada por el conflicto bélico en Ucrania, en el que durante la semana tanto el Presidente ruso Vladimir Putin como su par ucraniano, Volodomir Zelenski, intentaron capitalizar “el día de la Victoria” frente al nazismo. Al momento, Rusia continúa su avanzada por controlar la zona del Donbass y el sur de Ucrania, lindante con el mar de Azov hasta la península de Crimea.
La nota que agrega más tensión en la semana es la intención de Finlandia de ingresar a la OTAN, lo que implica un avance de la alianza militar hacia la frontera con Rusia que podría llevar a una “guerra nuclear” a gran escala y que sería “un escenario catastrófico para todos”- según advirtió el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvedev. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, prometió a Finlandia un “proceso de adhesión fluido y rápido” una vez que anuncie si solicitará o no el ingreso, algo previsto para este domingo. La tensión va en aumento, ya que según una encuesta, un 76% de los 5,5 millones de finlandeses es favorable a unirse a la OTAN, mientras que antes del conflicto en Ucrania sólo era del 25%. En la misma línea podría intervenir Suecia en algo inédito ya que durante más de 200 años evitó alianzas militares, mientras que Finlandia hizo lo propio luego de la 2° guerra mundial. Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se ha declarado este viernes en contra de la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, lo que impediría dichas incorporaciones ya que las decisiones en la OTAN se toman por el consenso de sus 30 países miembro. Por otro lado, el G7 se reunió desde el viernes en Alemania para dar respuesta a las demandas de mayor apoyo militar a Ucrania, y se mostró dispuesto a apoyarla “hasta la victoria”, otorgando 500 millones de euros adicionales de ayuda militar a Kiev, alcanzando así unos 2.000 millones hasta el momento.
Mientras las amenazas continúan escalando para intentar doblegar al bando rival, las consecuencias humanitarias se manifiestan en la cifra de desplazados internos, que superó los ocho millones en Ucrania. Además, según un informe de la OIT Ucrania perdió casi cinco millones de puestos de trabajo por la guerra, eliminando alrededor de un 30% de los empleos en el país.
Por otro lado, el conflicto palestino-israelí continúa in crescendo luego de los enfrentamientos durante el ramadán, mediante la avanzada de Israel con la construcción de viviendas en Cisjordania ocupada, para el asentamiento de nuevos colonos. Más de 4.000 viviendas nuevas se proyectaron construir en la zona mientras la Autoridad Nacional Palestina (ANP), EEUU y la Unión Europea han mostrado su rechazo a esta expansión de colonias en Cisjordania. El enviado especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, remarcó que “todos los asentamientos son ilegales según el derecho internacional, y siguen siendo un obstáculo sustancial para la paz y deben cesar de inmediato”. A la expulsión de habitantes y a la construcción de viviendas para eventuales colonos se le suma que el Ejército demolió decenas de viviendas en una zona reclamada por palestinos.
En ese contexto, efectivos israelíes asesinaron esta semana a la periodista palestina Shireen Abu Aqleh, mientras cubría la nueva ofensiva sionista en el campo de refugiados Jenín. Su muerte provocó la condena de Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU, Turquía y Qatar y la solidaridad en los círculos de prensa árabes. La represión también se mantuvo en el masivo funeral en medio de las incursiones del Ejército israelí, cuyos efectivos aporrearon a los portadores del féretro con los restos mortales de la reportera, este viernes. El presidente palestino, Mahmoud Abbas, había anunciado durante la primera parte del funeral, efectuado en Ramalá, su deseo de remitir el expediente del asesinato de Abu Aqleh a la Corte Penal Internacional, al tiempo que declaró que Israel tiene toda la responsabilidad por su asesinato.
Otra serie de conflictos de índole económica profundizaron la crisis política en Sri Lanka, que desde el 12 de abril entró en moratoria de pagos de la deuda externa, estimada en 51.000 millones de dólares. Esta semana renunció el primer ministro Mahinda Rajapaksa, tras violentos enfrentamientos que dejaron el saldo de 3 muertos y más de 150 heridos por la represión policial. El renunciante hermano del presidente Gotabaya Rajapaksa intentaba abrir el camino para “un nuevo gobierno de unidad”, en el que se incorpore a la oposición. Sin embargo, el principal partido de la oposición Samagi Jana Balawegaya (SJB), reiteró que no formará parte de ningún gobierno en el que Rajapaksa siga siendo presidente. El nuevo primer ministro Ranil Wickremesinghe, asumido este jueves intentó infructuosamente formar un gobierno de unidad pero la oposición está decidida a confrontar por la dimisión del presidente. Sri Lanka se ve asfixiada económicamente por el menor ingreso del turismo y las remesas a causa de la pandemia y por la cuantiosa deuda externa adquirida para ambiciosos proyectos de Rajapaksa construidos con préstamos chinos. En ese marco, las movilizaciones continúan creciendo a pesar del estado de emergencia. El dirigente sindical Ravi Kumudesh advirtió este fin de semana que movilizaría a los trabajadores del sector público y privado para que asalten el Parlamento nacional en su apertura el 17 de mayo.
En cuanto a América Latina, durante la semana continuaron las recriminaciones de mandatarios latinoamericanos a las exclusiones a Cuba, Venezuela y Nicaragua impuestas por Estados Unidos para la IX cumbre de las Américas a realizarse durante el 6 al 10 de junio en Los Ángeles. Los propios medios norteamericanos reconocieron que la cumbre que intenta mostrar el resurgimiento del liderazgo estadounidense en la región, corre el riesgo de convertirse en una debacle de relaciones públicas. Esto es así ya que los presidentes de los dos países más grandes de la región, México y Brasil, están considerando no asistir, lo que sería un desplante humillante para la Casa Blanca. Además, han puesto sus reparos los presidentes de izquierda de Bolivia y Honduras, y los países de CARICOM ha amenazado con boicotear la reunión si se invita al líder opositor venezolano Juan Guaidó en representación de su nación, en vez del presidente Nicolás Maduro. A la vez, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se encuentra bajo la presidencia pro témpore de la Argentina, llamó a superar las “divisiones ideológicas” y exhortó a “evitar exclusiones que impidan que todas las voces del hemisferio dialoguen y sean escuchadas”.
De esta forma, el tradicional intento de dominación panamericanista por parte de Norteamérica se ve amenazado por la tendencia latinoamericanista de países que comienzan a ponerle condiciones a Estados Unidos para la implementación de un trato de igual a igual. Por otro lado, las exclusiones implicarían un retroceso ya que Cuba fue invitada a las dos últimas cumbres en Panamá y Perú, luego de ser vetada en las 6 primeras que se organizaron. En este caso, la exclusión parece venir por presiones internas que sufre presidente Joe Biden, inclusive en su propio partido con algunos de sus representantes. Además, se ha cuestionado la improvisada convocatoria en la que aún a menos de un mes, no están cursadas las invitaciones formales ni el programa de trabajo, lo que contribuye a debilitar la trascendencia del encuentro.
Por otro lado, el domingo pasado asumió en Costa Rica, el flamante presidente Rodrigo Chaves con numerosas promesas de cambio para los próximos cuatro años. En su discurso inaugural abordó diversas problemáticas de la isla que van desde alto costo de la vida, las largas filas de atención en la seguridad social, hasta el flagelo de la delincuencia y el narcotráfico. El presidente cuenta con repudios desde el feminismo por haber sido acusado por acoso y sancionado por conductas inadecuadas mientras fue funcionario del Banco Mundial. El acto de juramentación contó con la presencia de más de 90 delegaciones internacionales, entre ellos los presidentes de Colombia, República Dominicana, Kosovo, Marruecos, Panamá y el rey de España, Felipe VI.
En cuanto a Brasil sondeo de la consultora Quaest muestra que Lula podría ganarle a Bolsonaro en primera vuelta, con una intención de voto del 46%, contra el 29% del actual presidente. En la suma de los votos válidos, o sea, sin contar los blancos y los anulados, Lula vencería por 51% en la primera vuelta. Frente a estos escenarios adversos en las encuestas, el presidente Jair Bolsonaro comienza a poner en duda las urnas electrónicas con las cuales fue elegido en 2018, advirtiendo un posible desconocimiento de su parte del resultado electoral, que sus opositores califican de golpista. El favoritismo por Lula está basado en la relevancia de la economía real en la definición de la elección de los encuestados. En relación a ello, a causa de los aumentos de combustible, Bolsonaro, echó al ministro de Minas y Energía para poner en su lugar a Adolfo Sachsida, quien anunció por la noche el inicio de los estudios para la privatización de la principal empresa brasileña, la compañía estatal petrolera Petrobras. De esta forma, Bolsonaro intenta relanzar sus políticas neoliberales con mayor profundidad a pesar de su desgaste. Por su parte, Lula ya advirtió a los empresarios que se abstengan de participar de una privatización de Petrobras ya que de ganar las elecciones anulará cualquier tipo de operación de ese estilo.
Por último, con respecto a la Argentina, durante la semana el Presidente Alberto Fernández emprendió una gira por Europa en la que mantuvo reuniones bilaterales con el Presidente de España, Pedro Sánchez; de Alemania, Olaf Scholz; y deFrancia Emmanuel Macron. En términos generales, el presidente informó que Argentina, en su carácter de Presidente Pro Témpore de la CELAC, podría coordinar con la Unión Europea la realización de un llamado renovado por la paz en Ucrania. Además, afirmó que luego de la pandemia y en el marco del conflicto militar en Ucrania, no nos podemos dar el lujo de poner en peligro la seguridad alimentaria y energética, y que Argentina tiene esos recursos para el intercambio comercial y el aprovisionamiento que resuelva la demanda de estos suministros vitales.
En España, Alberto Fernández abordó con el Presidente Pedro Sánchez, la agenda bilateral, con eje en el comercio recíproco y las inversiones, analizando los avances en la ejecución del “Plan de Acción para la Profundización de la Asociación Estratégica (PAE)” 2021-2023. En este aspecto, el Presidente Alberto Fernández destacó la obra infraestructura de gran escala que se está emprendiendo en Vaca Muerta con el gasoducto “Néstor Kirchner”, que “le va a permitir a la Argentina la autosuficiencia energética y la posibilidad de ser exportador nato de gas natural licuado”. Mientras que el mandatario español ratificó que España tiene el 30 por ciento de las plantas regasificadoras de Europa, con lo cual también se puede complementar un acuerdo bilateral para avanzar en la provisión de este tipo de gas para todo el continente
Con respecto al encuentro con el canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, se analizaron las consecuencias de la guerra en ambas regiones y el Presidente Alberto Fernández pidió “encontrar una respuesta y un camino de salida a este conflicto”, además de destacar las oportunidades que brinda la Argentina para proveer alimentos y energía. Mientras que en relación al estado actual del capítulo comercial del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, el canciller Scholz señaló que “redunda el interés de ambas regiones de alcanzar progresos y estamos dispuestos a alcanzarlos”.
Cerrando la gira, en su encuentro con el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, el Presidente Alberto Fernández en calidad de Presidente Pro tempore de la CELAC junto a la Presidencia Francesa de la Unión Europea, plantearon la necesidad de impulsar una relación cada vez más estrecha de los dos continentes. Macron planteó una fuerte movilización en favor de la cuestión climática y la conservación de la biodiversidad”, y “un nuevo impulso a la movilidad de los estudiantes, artistas, emprendedores, investigadores” entre los dos continentes.